Desde el 30 de noviembre, más de 400 cubanos permanecen en la frontera de Suriname a la espera de cruzar a Guyana y en lo que han denominado -una caravana- para inciar su travesía hacia EEUU, ellos dicen que su suerte ya está echada.
Un campamento improvisado en el que han pasado los últimos seis días desde que llegaron a Nickerie, a 200 kilómetros de Paramaribo, la capital de Suriname, pero a metros del río que les separa de Guyana.
“Se está negociando con Guyana para que nos dejen cruzar”, dijo uno de los varados.
La operación fronteriza dependen de un ferry que está fuera de serivicio desde que comenzó la pandemia. Los migrantes, siguen a la merced de las condiciones del tiempo y aseguran que esperarán el tiempo preciso.
“Estamos viviendo en una situación inhumana en la que nos encontramos durmiendo en el piso con animales, humedad”.
Los cubanos que llegan a Suriname lo hacen por vía aerea, sin requerimiento de visado y aunque el flujo migratorio ha sido regular durante los últimos años, quienes integran esta caravana aseguran que llegaron huyendo de la represión en Cuba y que no pretenden regresar a la isla aunque sus condiciones en Suriname son inaceptables.
Los migrantes buscarán llegar a la frontera de EEUU, a más de 8 mil kilómetros y nueve países de su posición actual, presas del crimen organizado y del tráfico humano.
