Después de casi cinco años de intentos frustrados, la comisión de Miami Beach hoy acordó reducir el horario para la venta de bebidas alcohólicas en el distrito de entretenimiento de South Beach.
Van a mover de 5 a 2 de la mañana, la hora límite para la venta de tragos. Se trata de una decisión polémica que ni siquiera cuenta con el acuerdo unánime de comisionados de la ciudad.
Fueron dos horas de decenas argumentos, de residentes y funcionarios. Se escucharon criterios divididos.
Finalmente, la comisión de la ciudad votó 4 sobre 3 y en el corazón turístico de Miami Beach, el último trago se servirá más temprano, a las dos de la mañana.
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Los patrocinadores de la regulación consideran que reducir el consumo del alcohol disminuirá la criminalidad y el desorden público, notables en la ciudad recientemente.
“Los clubes no tienen nada que ver con eso porque esas personas no compran tragos de 15 y 20 dólares dentro de los centros nocturnos. Es un fenómeno separado”, dijo David Wallack, propietario de “Mangos”, uno de los establecimientos potencialmente afectados por esta medida.
Los mismos comisionados no logran coincidir en una estrategia. Hoy determinaron que la medida tendrá carácter experimental, al menos hasta noviembre, cuando los electores podrán votar en un referéndum -otra vez- después del fallido intento de 2017.
