La veterana opositora cubana Martha Beatriz Roque regresó este viernes a la isla, a pesar de su delicado estado de salud y del historial represivo en su contra. Su decisión de volver coincide con una nueva ola de represión del régimen cubano, que incluye la revocación de la libertad condicional del líder opositor José Daniel Ferrer.
Roque, de 78 años, había viajado a Miami en febrero para recibir tratamiento médico tras ser hospitalizada en La Habana por una diabetes descompensada e insuficiencia renal. Durante su estadía en varios hospitales cubanos, allegados denunciaron la vigilancia constante de la Seguridad del Estado.
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El miércoles, el Tribunal Supremo de Cuba informó que revocó la libertad condicional de Ferrer por no asistir a comparecencias judiciales. También acusó a Navarro de salir de su municipio sin autorización. Ambos líderes opositores habían sido liberados por razones de salud, pero ahora enfrentan nuevamente reclusión.
Según denunció la familia de Ferrer, el día de su detención agentes del régimen también arrestaron temporalmente a su esposa, Nelva Ortega, y a su hijo, tras allanar y saquear la sede principal de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU). La organización sigue sin conocer el paradero exacto del activista.
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“La revocación de la libertad condicional a líderes opositores se suma a una larga lista de violaciones sistemáticas de derechos humanos por parte del régimen cubano”, expresó Luis Almagro, secretario general de la Organización de los Estados Americanos.
Roque, expresa política y galardonada en 2024 con el Premio Internacional a las Mujeres de Coraje del Departamento de Estado de EE.UU., vuelve ahora a una Cuba marcada por la crisis económica, la persecución política y la incertidumbre. Su teléfono permanece desconectado desde que aterrizó en La Habana.
