Marinas y rampas para botes están cerrados desde este domingo por orden del alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, quien dijo haber tomado la medida luego de ver el número de personas que continuaban saliendo al mar en sus embarcaciones.
Básicamente se tomó esta medida por el irrespeto al estado de emergencia por el COVID-19, decretado el 12 de marzo en Miami-Dade, ahora la desolación en las calles, también se trasladó a las playas.
La orden es de cumplimiento inmediato, todas las rampas para botes y marinas ubicadas en parques del condado de Miami-Dade serán cerrados, se exceptúa la actividad comercial que provee comida para restaurantes y mercados.
La aglomeración de personas en fiestas al aire libre en las playas del sur de Florida era una imagen que corría en publicaciones de redes sociales cuando todo el estado se encuentra en plena emergencia por el COVID-19, algo que sin dudas indignó a las autoridades locales.
“Me sentí muy frustrado ayer cuando vi a nuestra Policía patrullando las aguas y también vi en las redes sociales a la gente en grupos grandes y en fiestas en los botes”, refirió Carlos Giménez, alcalde de Miami-Dade.
“Los dueños de botes que necesitan sacar sus embarcaciones del agua van a tener acceso a las rampas para hacerlo, hay una excepción, son las operaciones comerciales de pesca”, explicó Giménez.
La Policía de Miami-Dade está facultada para hacer cumplir la disposición. Mientras el condado se encuentra en estado de emergencia por el COVID-19 desde el 12 de marzo, una semana después se ordenó el cierre de todas las playas y parques públicos, además se prohibieron las reuniones de más de 10 personas en estos lugares.
Todo esto ocurre justo cuando los casos de COVID-19 van en aumento y poco a poco se van aplicando medidas más drásticas para mantener el distanciamiento social. Ya suman más de mil casos en todo el estado donde se reportan 13 muertos. En el condado de Broward unas 217 personas han dado positivas al coronavirus mientras que el Miami-Dade la suma asciende a 227.
