Para muchos migrantes cubanos, la llegada a Estados Unidos representa la esperanza de un futuro mejor, pero para quienes recibieron el formulario I-220A, la realidad ha sido más complicada de lo esperado. A pesar de llevar años en el país, enfrentan constantes obstáculos para estudiar, trabajar e incluso realizar actividades bancarias, debido a la falta de un estatus migratorio reconocido como una admisión legal.
Uno de ellos es Yulier Risco, quien lleva más de cuatro años en EE.UU. y ha sentido en carne propia las limitaciones que conlleva este documento.
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"Queremos superarnos, queremos estudiar, pero después comienzan las trabas. Recientemente, me cerraron una cuenta bancaria porque no tengo residencia", relata Risco, reflejando la incertidumbre que viven miles de cubanos en su situación.
Ante la creciente preocupación de esta comunidad, la congresista María Elvira Salazar ha anunciado que está trabajando en un proyecto de ley que podría ofrecer una vía de alivio para quienes poseen el I-220A.
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"Queremos que les otorguen el 'parole in place', porque los cubanos son el único grupo migrante en este país con la posibilidad de acogerse a la Ley de Ajuste Cubano y eventualmente convertirse en ciudadanos estadounidenses", explicó Salazar en declaraciones recientes.
El parole in place otorgaría a estos migrantes una admisión legal, permitiéndoles aplicar a la residencia permanente después de un año y un día en EE.UU., tal como lo establece la Ley de Ajuste Cubano.
El problema radica en que, a diferencia de quienes ingresan con parole o visados, el I-220A no es considerado una admisión legal según una decisión judicial del año pasado. Esto ha generado una situación de limbo migratorio para miles de cubanos que, aunque físicamente en Estados Unidos, no tienen acceso a los beneficios migratorios que otros compatriotas han podido aprovechar.
Para la abogada de inmigración Rosaly Chaviano, la propuesta de la congresista podría ser un paso importante, pero advierte que el proceso legislativo es largo y complejo, y que aún queda por ver si logrará el respaldo necesario en el Congreso.
Mientras tanto, la comunidad cubana sigue en vilo, con la esperanza de que el sistema legal estadounidense les otorgue una solución definitiva.
"Ese miedo a no saber qué hacer, a dónde vamos a parar, lo sentimos todos los cubanos que estamos aquí con I-220A. No queremos regresar a ese país", concluye Yulier, expresando la preocupación generalizada de quienes aún buscan su lugar en EE.UU.