La historia de Nicaragua está escrita con sangre, luto, pobreza, corrupción y crueles dictaduras, hace 41 años el pueblo se unió para derrocar a Anastasio Somoza Debayle.
“Hicimos posible esa derrota porque había unidad de todas las fuerzas de Nicaragua, logramos aislar a esa dictadura como hemos aislado a la dictadura de los Ortega Murillo", rememora Dora María Téllez, ex guerrillera Sandinista.
Pero según Alvaro Leiva, coordinador del ANPDH, “hoy 41 años después, la crisis sociopolítica y humanitaria que existe en Nicaragua es permanente, es grave”.
Es así que por primera vez Daniel Ortega celebrará la Revolución Sandinista muy debilitado políticamente, lejos de su masa de simpatizantes a causa de la pandemia de COVID-19, con 21 funcionarios y familiares sancionados por el Tesoro de Estados Unidos y un país sumergido en la incertidumbre.
Para Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua “en sus inicios suscitaron mucha esperanza y pudieron haber traído justicia y desarrollo a nuestros pueblos, pero se pervirtieron, convirtiéndose en dictaduras corruptas y sangrientas”.
Mientras tanto la oposición política convocó este domingo a una marcha virtual, para demostrar en redes sociales el descontento contra el régimen Sandinista.
“Esta marcha azul y blanco auto convocada refleja el espíritu puro de la rebelión cívica que inició el 19 de abril del 2018, patriótica, sin liderazgo político, ni tradicionalismo corrupto”, dijo Milton Rosales, nicaragüense radicado en Miami.
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Esta misma tarde Daniel Ortega emitirá su mensaje en cadena nacional, pero se desconoce si lo hará desde su casa o la antigua Plaza de la Revolución, casi 40 días después de no aparecer en público.
En 2018 la represión del régimen de Daniel Ortega envió al exilio a más de 100 mil nicaragüenses, los organismos de derechos humanos contabilizaron cerca de 327 muertos, no hay derecho a manifestación y varios medios de comunicación permanecen confiscados.
