Las emblemáticas praderas inundadas del sur de Florida se han transformado este año en un paisaje seco y agrietado. El capitán Mike Friedopfer, veterano de los Everglades y propietario de Epic Airboat Tours, lo resume en una frase:
“Esto está demasiado seco”.
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Friedopfer lleva años surcando los humedales en su hidrodeslizador, pero asegura que nunca había presenciado una sequía como esta. La falta de lluvias lo obligó la semana pasada a cancelar todos sus recorridos turísticos, algo inusual y preocupante. Según explica, algunas zonas ya no tienen suficiente agua para navegar de forma segura.
En condiciones normales, el agua llega a cubrir gran parte del terreno, alcanzando la altura de los muslos. Pero esta vez, al caminar por sectores clave del parque, el suelo estaba completamente seco.
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Durante un reciente recorrido por la zona, el panorama fue alarmante: peces muertos dispersos en áreas donde el agua debería fluir, caimanes amontonados en los pocos cuerpos de agua que quedan, y una vegetación que comienza a mostrar señales de estrés.
Aunque algunas de las especies de peces encontradas sin vida eran invasoras, también había especies nativas afectadas por la disminución drástica del nivel del agua.
“El pantano está seco y estos caimanes necesitan agua”, explica Friedopfer, señalando cómo los animales se ven forzados a concentrarse en lagunas que ahora actúan como verdaderos refugios de vida.
Local
El meteorólogo Luis, especialista en patrones climáticos en la región, confirma que desde el inicio del año ha llovido apenas la mitad de lo que normalmente se espera para esta época.
“Por ahora seguimos con déficit de precipitación y no vemos un cambio inmediato en el patrón que nos indique que las lluvias diarias están por comenzar”, advierte.
La ausencia prolongada de lluvia no solo impacta el turismo y la vida silvestre. También compromete la calidad del ecosistema de los Everglades, un sistema vital que regula el clima regional, almacena agua y sostiene cientos de especies de flora y fauna.
A pesar del panorama crítico, los expertos mantienen la esperanza de un cambio próximo. El 15 de mayo marca el inicio oficial de la temporada de lluvias en el sur de Florida, y según Luis, sería anómalo que las condiciones actuales se mantuvieran mucho más allá de esa fecha.
“Debiésemos comenzar a ver la llegada de humedad tropical, con tormentas por la tarde. Eso sería un gran alivio no solo para los Everglades, sino también para todo el ecosistema del sur del estado”, explica.
Mientras tanto, los operadores turísticos como Friedopfer siguen en pausa, y la fauna local busca adaptarse a las condiciones extremas. La sequía actual no solo deja al descubierto la fragilidad del equilibrio natural de los Everglades, sino también la necesidad urgente de monitoreo, adaptación y conciencia ambiental.
“Aquí, cuando el agua se va, todo el mundo lo nota”, dice el capitán, mientras espera que el cielo, finalmente, vuelva a abrirse.
