La profesora Celita y su cafecito: una lección de vida

Una costumbre distingue a la maestra cubanoamericana: brindar café cubano en el aula.

Salió de Cuba hace varias décadas junto a sus hermanos y luego de vivir en Costa Rica –allí hasta durmió en un parque– se asentó en Miami, donde eventualmente llegó a conducir un autobús escolar, lo que le mantenía cerca de los niños, según su testimonio.

Pero a Celita Cabrera después se le abrieron las puertas de la enseñanza y alcanzó el doctorado, ganándose el cariño y admiración de estudiantes, padres y colegas de trabajo en cada institución donde ha trabajado; sin embargo, en la actual, la Monsignor Pace High School, en Miami Gardens, algo más la distingue.

"Me dicen la señora del cafecito", asegura. Y se refiere a la costumbre –ya casi tradición–, de preparar café cubano para brindarle a sus alumnos, compañeros de trabajo y visitas, porque "es como un caminito, a que se conozcan mejor" cuando comparten el cafecito, se justifica.

Este regreso a clases fue especial para la profesora Celita, pues pudiera ser su último curso como maestra de español. Aunque se siente llena de energía, ya con 73 años se prepara para el retiro. "Es verdad que tengo mucha –energía–. Quizás sea el cafecito y el amor que lleva dentro".

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