COVID-19

La economía cubana se tambalea en medio de la pandemia y aviva las protestas

La disminución del turismo, los impagos a acreedores, la ineficiente implementación del "reordenamiento", la devaluación del peso cubano y la falta de liquidez entre los asuntos que deprimen la economía de la isla.

Telemundo

La deteriorada economía cubana ha profundizado en su depresión por los efectos del COVID-19 en el sector turístico, una de las mayores fuentes de ingresos de un país dependiente de la entrada de divisas y que sigue acusando por sus ineficiencias al incremento de las sanciones de EEUU a pesar del retraso en sus reformas.

El desgaste acumulado de años intentando mantener a flote la precaria economía familiar, reflejo de la economía que se desplomó un 11% en 2020, fue uno de los catalizadores de las protestas antigubernamentales que se sucedieron el pasado domingo en Cuba, las mayores ocurridas en las últimas décadas.

Todos los indicadores económicos de la isla, que prevé este año un déficit fiscal equivalente al 18% de su PIB, provienen del Estado cubano y son difíciles de contrastar, ya que Cuba no forma parte de organismos internacionales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional.

Se conoce que la isla recibió en el último año un 90% menos de visitantes que en el periodo anterior, un desplome de impacto no solo en las arcas estatales sino también en el pujante sector privado.

Los envíos de petróleo venezolano subsidiado que el gobierno de La Habana recibe desde hace dos décadas también han caído en picada por la crisis que también vive el país suramericano.

La pandemia ha sacado a flote problemas económicos arraigados desde el "periodo especial" de los años 90 cuando el país se quedó sin su principal benefactor económico: la Unión Soviética. La crisis actual solo se compara con aquellos años de escasez, siendo para algunos mucho más cruda debido a que ahora se suma la pandemia del coronavirus.

En los últimos años han prevalecido momentos de escasez y colas, que junto a las sanciones de EEUU, limita la reanimación del modelo económico centralizado vigente desde hace 62 años que ha implementado reformas a paso aún demasiado lentas, a juicio de los expertos.

ORDENAMIENTO EN PANDEMIA

Cuba estrenó 2021 con la "Tarea Ordenamiento", una de las reformas económicas más complejas de las previstas y pospuesta durante casi una década.

El "ordenamiento" implementado pese a la pandemia del COVID-19 pasó por una unificación monetaria y cambiaria, el incremento de los precios, salarios y la reducción de subsidios, y una consecuente devaluación del peso cubano (cup) e inflación disparada que ha afectado la capacidad de las familias de adquirir productos de primera necesidad.

A juicio del economista cubano Pedro Monreal, a seis meses de implantado, "lejos de unificación monetaria se ha producido una creciente dolarización parcial, hay una disparidad enorme entre la tasa de cambio oficial y la tasa informal, no se contiene la inflación y han crecido los subsidios".

La falta de liquidez estatal marca el panorama y ha provocado que los bancos y casas de cambio tampoco vendan divisas a la población, mientras en el mercado informal el dólar y el euro se han disparado casi triplicando las tasas oficiales. Algo insostenible para familias que no reciben remesas del exterior y cuyos pagos no pueden solventar la diferencia en la brecha salarial.

A ello se suma la decisión de suspender los depósitos de dólares en efectivo en la isla, según el Gobierno debido a las fuertes restricciones del embargo para que Cuba ingrese esos billetes en bancos internacionales, pero que ha limitado la capacidad de los cubanos de pagar muchas de sus necesidad con lo recibido de las remesas familiares.

CAÍDA DEL TURISMO

Unos 64.712 turistas extranjeros visitaron Cuba en los primeros cuatro meses de este año, apenas el 6% de los 983.099 que lo hicieron en el mismo período de 2020, según cifras que ofrece la Oficina Nacional de Estadística e Información radicada en la isla.

La mayoría de los turistas que llegaron a la isla fueron rusos, seguidos por cubanos residentes en el exterior, alemanes, españoles y canadienses. El país aspiraba a recibir en 2020 cerca de 4,5 millones de visitantes internacionales y revertir la bajada de un 9,3% de 2019. 

Tras varios días consecutivos reportando más de 6.000 casos diarios de COVID-19, Cuba mantiene reducidos al mínimo los vuelos para tratar de frenar los contagios, luego que suspendiera los vuelos comerciales y chárter desde abril de 2020 en un intento por frenar la expansión del coronavirus.

Antes de la pandemia, el turismo representaba la segunda fuente de ingreso de divisas -solo por detrás de la venta de servicios profesionales al exterior, entre los que se cuentan las misiones médicas- y aportaba cerca del 10% del Producto Interior Bruto (PIB). A falta de datos oficiales, se cree que la primera fuente real de divisas son las remesas.

La mayoría de los hoteles cubanos, todos estatales, opera en régimen mixto de administración con empresas extranjeras entre las que España tiene un peso importante, al controlar el 70% de las habitaciones de la isla.

IMPAGOS A ACREEDORES

El gobierno cubano acusa a EEUU de haber aprovechado la pandemia para aumentar la presión económica. Según el Gobierno de La Habana, esa estrategia provocó en el último año pérdidas de 9.157 millones de dólares, la cifra más alta desde que se impusieron las sanciones hace casi seis décadas.

A estas medidas y a la pandemia Cuba achaca su actual situación de impagos a acreedores internacionales, especialmente los clubes de París y Londres con los que la isla alcanzó acuerdos de reestructuración en 2015 y que acaban de ser modificados sin que se conozca el contenido.

El acuerdo inicial condonó a la isla 8.500 millones de dólares de una deuda total de 11.000 millones con el compromiso de pagar en plazos el importe restante hasta 2023.

EMPRESAS ESTATALES EN NÚMEROS ROJOS

Unas 508 empresas estatales cubanas registran pérdidas desde la "Tarea Ordenamiento" que, según el propio ministro de Economía cubano, Alejandro Gil, mostró la realidad de muchas compañías que ya estaban en números rojos y daban pérdidas al Estado.

Las múltiples tasas de cambio de las dos monedas existentes en Cuba hasta la unificación, el peso cubano CUP y el convertible CUC, distorsionaron por años la contabilidad de las compañías estatales, al no mostrar su estado real.

El Gobierno de Miguel Díaz-Canel insiste en que quiere fortalecer la empresa estatal y otorgarle una "mayor autonomía", aunque mantiene "la voluntad de ampliar" el sector privado, cuyo rol reconoció como actor de peso que genera el 30% del empleo actual en la isla, pero el que aún no tiene acceso a ningún sector estratégico de la economía de la isla.

COMIDA EN DÓLARES

Otro factor crucial del malestar de los cubanos que salieron a las calles este domingo a masivas manifestaciones es la concentración de los alimentos y productos básicos en tiendas de pago exclusivo en divisas, -conocidas como tiendas de Moneda Libremente Convertible (MLC)- pese a que la mayoría de la población cobra sus salarios en pesos cubanos y tiene que comprar dólares en el mercado negro o de manera ilegal con intercambio persona-persona.

Estas tiendas abrieron a finales de 2019 y han ido creciendo y concentrando la escasa oferta nacional como la actual estrategia oficial para recaudar divisas, lo que ha provocado que la población denuncie un "apartheid" entre quienes tienen acceso a moneda fuerte y quienes no, una diferencia real de quienes reciben remesas y los que no.

Cuba importa más del 80% de los víveres que consume, lo cual representa un gasto anual de 2.000 millones de dólares, según datos ofrecidos por instituciones oficiales.

Mientras más de la mitad de la producción agropecuaria local está en manos del sector no estatal que tiene cultivado el 66% de la tierra. Las pocas herramientas para el manejo de la tierra y el desarrollo de la agricultura las carencias de productos en la mesa del cubano son crecientes, con precios inflados y carencias visibles en la poca diversidad de insumos en las ofertas.

La reforma agrícola para aumentar la producción de alimentos, asunto considerado de "seguridad nacional", es parte de las reformas previstas pero ha tardado una década en cuajar y no fue hasta este año cuando se aprobaron 63 medidas que incluyen la autorización a los ganaderos de vender libremente carne de res, leche y derivados siempre que antes cumplan su cupo con el Estado.

La medida hasta el momento no arroja sus primeros resultados, la carne de res o la leche siguen siendo privativas para la mayoría de los cubanos que no pueden pagar precios inflados en tiendas MLC, donde el salario de todo un año apenas podría pagar un poco de carne o leche en polvo en su mayoría importada.

Crecen las quejas entre los agropecuarios en que el Estado no le permite importar directamente las herramientas e insumos que necesita, y solo se comercializan en dólares, a precios impagables y en una moneda en la que no venden sus productos.

Un análisis de las posibles salidas a la grave crisis dentro de la isla.

LAS ESPERADAS PYMES

El Gobierno de La Habana dio luz verde en junio a la creación de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) tanto en el sector estatal como en el privado, pero sin acceso a sectores estratégicos como salud, telecomunicaciones, energía, defensa o prensa. Esas esferas son estratégicas por motivos económicos o político-ideológicos.

Las mipymes tampoco pueden constituirse para ejercer actividades que sí están permitidas para autónomos como programador de equipos de cómputo, tenedor de libros, traductores e intérpretes.

Aunque para algunos analistas queda claro que Cuba avanza a un modelo de economía mixta, "al menos en términos de empleo" muchos ponen en duda que el peso del sector privado llegue a superar el 50% del PIB. 

Mientras esta economía anquilosada se desgasta los cubanos sufren las consecuencias y con menos paciencia y más hambre que antes salen a las calles en un reclamo pacífico de que regresen los alimentos a la mesa, de que aparezcan los medicamentos para tratar padecimientos comunes, y que la vacunación contra el COVID-19 se agilice para enfrentar la pandemia.

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