Aferrada a su fuerza interior, Isleini Olivera lucha por su vida en el Hospital Jackson Memorial de Miami. Tiene 26 años y hace dos meses le diagnosticaron leucemia linfoblástica aguda, un tipo de cáncer en la sangre que comienza en la médula ósea. En este momento lo que más quiere es contar con el apoyo de su madre, que se encuentra en Cuba y no puede viajar porque no tiene visa.
“No me veo mal pero realmente a uno no le gusta verse así, el cuerpo lo tengo todo manchado de las quimioterapias, me han salido pecas en la cara, se me está despellejando la piel”, cuenta Isleini Olivera.
Isleini dice que nunca pensó escuchar este diagnóstico de los doctores cuando en octubre pasado acudió a un hospital por una torcedura de tobillo que terminó siendo el detonante de su padecimiento.
“Ya después al otro día se me reflejó en el estómago, me empecé a sentir cansada, el pie me dolía mucho, que cuando me levantaba a caminar si apoyaba el pie me daba una fatiga”, cuenta Olivera.
Su reacción fue planificar un viaje a Cuba y terminar sus días al lado de su mamá y su hermana. Pero los médicos se lo impidieron y tuvo que ser hospitalizada de inmediato.
“Lo único que yo quiero es tener a mi mamá al lado. Abrazarla, besarla”, dice. Sola, sin familia en EEUU, Isleini pidió una visa humanitaria para su madre residente en Cuba, pero se la denegaron.
Mirian Tamayo, la madre de Isleini, dice que la ha apoyado a la distancia pero que quiere estar a su lado. “Ella está sola por allá, ella me necesita, yo la estoy apoyando mucho, pero quiero estar a su lado”.
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Apoyada en la distancia por su hermana, quien en solidaridad también se rapó la cabeza, Isleini gana fuerzas y pide ayuda para tener la compañía de su mamá, un abrazo que le motivará aún más a combatir el cáncer.
