Hoy se ven vacías casi todas las calles en las zonas comerciales de Miami donde existen restaurantes y bares.
La mayoría cerrados, otros con letreros que invitan a sus clientes a ordenar su comida por teléfono o a recogerla personalmente, y por supuesto todos están trabajando con el mínimo número de empleados.
Pequeños grupos de turistas deambulan por las solitarias calles de la Pequeña Habana, y algunos dicen que la experiencia de comer fuera de los restaurantes hace parte de sus vacaciones.
Se calcula que un 12% de la fuerza laboral en la Florida trabaja en la industria de bares, hoteles y restaurantes, y será uno de los sectores más afectados.