Marcos Matijevic es un fanático del fútbol muy particular, asegura que disfruta el deporte desde niño cuando aprendió que para ello no existen límites.
“Hasta me salió la piel de gallina”, dice Matijevic, tras entrar al estadio esta noche cuando vive la experiencia como si fuera su primera vez.
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“El deporte hace falta, es vida y el límite no existe”, advierte el hombre que asegura que ni quisiera para su propia vida pone barreras, a pesar de que hace varios años perdió su visión.
En casa disfruta de los partidos a través de las voces de los narradores, que dibujan cada jugada en su mente. “Yo me veo el partido con el sonido”.
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Pero Matijevic añoraba estar en la casa del Inter Miami, por ello esta noche lo acompaña Cesar Augusto Daza, sus ojos en el terreno de juego, quien interpreta partidos de fútbol para personas ciegas.
La idea es que las personas ciegas y sordas disfruten del fútbol como si lo vieran. Para eso diseño su propia técnica que ha puesto en práctica en varios países.
“Yo lo que hago es que todo lo que veo en el campo de juego, lo interpreto en tiempo real sobre la tabla. Lo más lindo es ponerte en los zapatos de los otros, vivir los triunfos de los demás como si fueran tuyos”, asegura Cesar Augusto Daza.
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De esta forma, con sus manos sobre la tabla y atento a la voz de Cesar Augusto Daza, contagiado por la alegría que transmite la hinchada, Marcos cumple su sueño.
