Masivas protestas antigubernamentales se registraron este domingo en Cuba lo que provocó que miles de personas salieran a las calles y sacudieran la isla en un grito unísono de ¡Libertad! ahogados por la crisis económica y sanitaria que vive el país en medio de una pandemia del COVID-19.
RECLAMOS DE LOS CUBANOS
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En medio de las protestas callejeras que se dieron en decenas de ciudades de la isla los cubanos reiteran las mismas demandas: que se terminen las largas filas para conseguir alimentos y medicamentos debido al desabastecimiento de bienes básicos, que se acelere el plan de vacunación contra el COVID-19 ante el aumento de contagios y que se ponga fin a los intermitentes cortes de energía que sufre la isla, sobre todo en este caluroso verano.
También hubo reclamos por un cambio político en la isla que se expresó en las consignas que gritaban los manifestantes como “¡Libertad!”, “¡Abajo la dictadura!” y “Patria y vida” en oposición al lema revolucionario “Patria o muerte”.
EL DESENCADENANTE DE LAS PROTESTAS
“Hay una serie de factores en Cuba que se combinan para crear una situación muy difícil”, ha dicho el analista cubano y exdiplomático Carlos Alzugaray, entre ellos las sanciones económicas de Estados Unidos a la isla con “la idea original de crear hambre y desesperación para cambiar al modelo” político que fueron particularmente endurecidas en estos años.
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Junta a la presunta responsabilidad del embargo de EEUU en la crisis cubana debe reconocerse la incapacidad del gobierno cubano en maniobrar la situación. La cúpula de poder no ha sabido “llevar a cabo las reformas para que Cuba tenga una economía más fuerte y saludable”, agregó el experto, a lo que se sumó la parálisis causada por la pandemia del coronavirus sobre todo en el turismo, una de las principales fuentes de ingresos de la isla.
Debido a la improductividad de la economía y al riguroso control estatal, en 2010 el entonces presidente Raúl Castro lanzó una serie de reformas de apertura al trabajo privado así como entrega de tierras en usufructo. Pero en 11 años el proceso ha sido lento y las autoridades no han intentado un cambio en el modelo político que complazca a los cubanos.
Las autoridades iniciaron un proceso de unificación monetaria que provocó una fuerte inflación y con ello el desabastecimiento y la ausencia de un mercado minorista estable, todo en medio de una crisis sanitaria agravada por el aumento diario de casos de contagios de coronavirus.
Hubo un precedente importante en noviembre de 2020, cuando un grupo de artistas de diversas corrientes de pensamiento se reunió frente al Ministerio de Cultura en demanda de mayor espacio para la creación independiente. Que junto al reclamo de voces disidentes dentro y fuera de la isla comenzó una ola de pequeñas protestas que mayormente han tenido lugar en redes sociales.
INFLUENCIA DE LAS REDES SOCIALES
El gobierno cubano señaló como instigador directo de las manifestaciones a las redes sociales y al gobierno de Estados Unidos -o grupos de interés cubanoamericanos radicados en el sur de Florida- de provocar un estallido artificial. Más allá de la denuncia, redes sociales como Facebook y Twitter fueron un actor protagónico en las protestas al expandir el alcance de los videos y repercusiones de las manifestaciones.
Dado que no hubo un liderazgo formal o figura que convocara las marchas, las personas se fueron enterando de los puntos de reunión a través de las redes. Ya en las calles con sus celulares tomaban imágenes, hablaban por teléfono y buscaban enviar fotos a familiares o subirlas a las redes. El indicador más contundente del impacto de las redes fue la decisión del gobierno de interrumpir el servicio de datos móviles.
El uso de internet es relativamente nuevo en la isla y está en pleno auge luego de que en 2018 se abriera el servicio. Cuba cerró 2020 con 6,6 millones de usuarios de telefonía móvil de los cuales 4,4 millones tienen acceso a Internet, cuyo único proveedor es la compañía estatal ETECSA.
REACCIÓN DEL GOBIERNO
El domingo, tras conocerse las primeras protestas en el municipio de San Antonio de los Baños, el presidente Miguel Díaz-Canel fue a esa localidad en las inmediaciones de La Habana y habló con los pobladores. Ese mismo día llamó a “los revolucionarios” a tomar las calles por lo que hubo arrestos violentos de manifestantes antigubernamentales.
La policía tomó los principales centros de interés como el Malecón, el Capitolio o la Plaza de la Revolución en La Habana y el servicio de datos fue cortado y ha funcionado desde entonces de manera intermitente.
El llamado del gobernante a sus seguidores y la falta de cualquier autocrítica cayó mal entre analistas y cubanos residentes fuera de la isla. Posteriormente el mandatario y su gabinete salieron en la televisión nacional haciendo un análisis de la situación y el canciller Bruno Rodríguez exhortó a Estados Unidos a reconocer su participación en la campaña contra Cuba, pero no hubo anuncios de políticas concretas para enfrentar la crisis, algo que continúa desalentando a los cubanos.
