Entre aplausos y lágrimas de felicidad fue dada de alta hoy Rosa Felipe, tras una larga y compleja batalla contra el Covid-19.
“Esto ha sido una batalla durísima dura, pero Dios nunca me soltó de la mano y mi fe y mi familia”, dice Rosa Felipe.
El 9 de marzo la vida de esta enfermera del Jackson memorial cambió para siempre al ser diagnosticada con COVID-19, de allí en adelante empezó su dura lucha por sobrevivir.
Estoy aquí como testimonio vivo que esto es real, han sido 9 meses batallando fuerte, pero a Dios Gracias estoy aquí”, dice.
“No podía salir de la cama no podía caminar, laceraciones, no podía dormir por mucho tiempo estaba llorando mucho, se puede morir”, dice el enfermero de Rosa.
Leonardo Guzman, el hermano dice: “júbilo felicidad de ver de cero a cómo está ahora, una alegría inmensa”.
“Yo tenía fe que mi mamá iba a regresar a casa” dice su hija.
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Fue esa fe la que hoy hizo posible este milagro: Una madre que soñaba con abrazar a sus hijos. Y unos hijos que añoraban fundirse en ese mismo abrazo.
