Una mujer embarazada de 7 meses comenzó a sentirse mal y acudió a un hospital del condado Palm Beach, donde le hicieron la prueba del COVID-19 y dio positivo. Hoy, Jessenia Hernández da gracias de estar viva junto a su bebé.
"Estuve apunto de morir y le dijeron a mi familia que no iba a sobrevivir esa noche", cuenta Jessenia, mientras abraza a su pequeño Jayden.
El pasado 5 de octubre, Jessenia tenía una leve tos y fiebre baja, por lo que acudió al Palms West Hospital
"Ahí me hicieron el examen de COVID y salió positivo así que ahí mismo me admitieron".
A partir de ese momento, asegura no recordar mucho, pero le hicieron una cesárea de emergencia Jayden nació.
El estado de salud de Jessenia empeoró, le colocaron un respirador y fue trasladada a JFK Medical Center. Ahí, el personal médico cuidó de ella mientras creaban un lazo afectivo con la familia.
Tras varias semanas en coma inducido, su estado de salud comenzó a mejorar y finalmente estuvo despierta para poder ver a su bebé por primera vez pero sin poder sostenerlo.
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Ahora la madre de 32 años se está recuperando y tiene que usar una andadera para poder caminar.
"Lo que les recomiendo a las personas es que tomen esto en serio porque esto no es cualquier tos ni gripe esto puede tomar tu vida", dice Jessenia.
Esta afortunada madre fue sumamente enfática en mostrar su profundo agradecimiento a todas las enfermeras y médicos que la atendieron y motivaron a seguir adelante.
