Coronavirus

El sueño de un científico: Un cubano es director médico de Moderna

Rolando Pajón ayudó a elaborar las vacunas contra el COVID-19, ahora asumió un nuevo reto como director médico de Moderna para América Latina.

Telemundo

Nació en Cuba, y pese a que le dijeron que su sueño era imposible, lo logró. Con apenas cinco años, Rolando Pajón lo tenía muy claro.

“Yo pienso que todo empezó por una pasión que yo tenía por aprender (...) y eso me lleva a una conversación que tuve en la escuela, donde me preguntaron que yo quería ser cuando fuera grande. La maestra me dijo: ‘eso no ... eso no es un trabajo, eso no es un oficio (...) necesitas un oficio real”.

Pajón nunca renunció a su sueño, su fórmula fue una mezcla de estudio y perseverancia, así llegó a la universidad de La Habana, se graduó de licenciado en bioquímica y fue el mejor expediente de su generación.

“Yo siempre me he sentido muy motivado por el deseo de crear medicinas que salven vidas”.

Por eso enseguida se sumó a un equipo que trabaja en el descubrimiento de vacunas que era su mayor interés profesional, pero la dura realidad de la isla lo obligó a algo más.

“Yo por el día era científico, pero por la noche era taxista. La vida de un científico en Cuba es dura, es difícil y no es diferente a la de los demás”.

SALIR DE CUBA LE ABRIÓ NUEVAS PUERTAS

En el 2007, cuando surgió la oportunidad de salir del país para un intercambio académico, el Doctor Rolando Pajón sabía que ese sería un viaje sin regreso.

“En mi caso tenía dos motores: el futuro de mi familia y mi futuro profesional. Yo me sentía que no era libre, y esa era también una gran motivación, la búsqueda de la libertad”.

Su decisión, según cuenta, no pasó inadvertida. “A mí me llaman traidor ... miembros de mi familia pierden su trabajo, lo usual. Ni siquiera en eso mi vida fue diferente al resto de las personas”.

Comenzar de cero fue difícil, pero "su fórmula" volvió a dar resultado. En el 2018 llegó a Moderna, donde retomó y cumplió su sueño de salvar vidas.

“A mi me causa tremenda alegría haber sido parte de esta historia”. Y es que Rolando se convirtió en pieza clave para el desarrollo de una vacuna contra el COVID-19”.

“Yo cumplí el sueño de crear una vacuna que llegue a las personas y salve vidas, pero ahora estoy en el otro: conversar sobre la ciencia para hacer entender que la ciencia, que nuestra ciencia, salva vidas”.

Cuando hace 15 años el doctor escapó de Cuba sabía que sería un viaje sin regreso. Lo que nunca imaginó es que esa decisión lo llevaría a cumplir su sueño como científico y fue justo en la ciudad de Boston donde lo logró.

Entrar a un laboratorio de la compañía Moderna, es como perder la dimensión del tiempo. Pero cuando el mundo estuvo a la espera de una vacuna que detuviera la pandemia, allí se libró una batalla contra reloj.

“Desde que supimos la secuencia del genoma del Sars-Cov-2, en dos días ya teníamos hecho el diseño. Y 63 días más tarde, ya estábamos listos para empezar nuestro estudio clínico”, recuerda el científico de la compañía Moderna.

Según Pajón, esa rapidez fue posible porque en realidad el desarrollo de la vacuna comenzó mucho antes del COVID-19.

“Ya Moderna había estado trabajando en colaboración con investigadores en otros coronavirus, pero que tienen similitudes estructurales con este que llegó” apunta el científico cubano.

Pero esa experiencia no significaría menos presión para ellos, pues si desarrollas una vacuna y no funciona, ¿qué otra cosa puedes hacer para combatir la pandemia?” se cuestiona Pajón, quien apunta: “Estamos hablando de millones de personas muriendo”.

El científico cubano asumió una importante responsabilidad: comprobar si la vacuna era eficaz y segura, mediante los ensayos clínicos.

“Sabíamos que teníamos una vacuna que funcionaba y sabíamos que no teníamos suficiente de esta vacuna. Sabíamos que en lo que pasábamos de producir esta pequeña cantidad a esta gran cantidad, iba a transcurrir tiempo. Y el tiempo venía con muerte. Eso era duro para nosotros”, recuerda de aquellos días del inicio del COVID-19.

Actualmente, más de 224 millones de personas en Estados Unidos están completamente inmunizadas. “Por eso yo digo que héroes no solo somos los científicos, los médicos … héroes somos todos”.

“La inmensa mayoría de las personas se ha puesto una vacuna y han demostrado que confían en ella. Esa parte es la que miramos: más el sol y menos las manchas”.

Ahora la meta es desarrollar una vacuna que proteja al mismo tiempo contra el COVID-19 y la influenza.

“Es un trabajo de hacer. Y es un trabajo de crear”, que Rolando disfruta tanto como hablar del poder de la ciencia. Dice que esa es otra manera de ayudar a salvar vidas.

“Porque uno puede tener la mejor vacuna del mundo, si nuestros familiares, amigos, no se la ponen, esa vacuna no va a proteger a la gente. Por eso, en esta lucha contra la pandemia todos hemos jugado un papel muy importante”. 

Hace muy poco este científico cubano asumió un nuevo reto como director médico de Moderna para América Latina. Su meta es que más personas en la región puedan tener acceso a una vacuna, resultado de largas horas de estudio y hallazgos que están dispuestos a compartir.

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