Economía

Nuevo giro en el caso del exministro cubano de economía investigado por corrupción

Varios sitios digitales publicaron que la esposa de Alejandro Gil Fernándeza también había sido detenida y que su hija permanecía incomunicada en un lugar desconocido para la familia.

Telemundo

En un clima de incertidumbre y especulaciones, el caso del exministro cubano de Economía, Alejandro Gil Fernández, ha desatado una ola de rumores y desinformación que ha sacudido los cimientos de la opinión pública. Días después de su sorpresivo despido y posterior acusación de corrupción por parte del régimen, varios sitios digitales publicaron que su esposa también había sido detenida y que su hija permanecía incomunicada en un lugar desconocido para la familia.

Estas informaciones, presuntamente compartidas desde España por Daniel Alejandro Trujillo, sobrino del matrimonio, han sido categóricamente desmentidas por el propio Trujillo en declaraciones exclusivas a nuestro medio. "No sé absolutamente nada de mi tío ni de su familia. Todo me tomó por sorpresa como a los demás", afirmó Trujillo, agregando que "leo las noticias todos los días para ver si sale algo nuevo, como cualquier persona más".

Este caso, envuelto en un manto de misterio y opacidad, ha puesto de manifiesto las tácticas empleadas por el régimen cubano a lo largo de su "triste historia", como lo describe María Victoria Gil, hermana del exministro y antigua presentadora de televisión en la isla. "Es de dominio público que el gobierno cubano, a lo largo de su triste historia, ha utilizado a sus dirigentes a conveniencia y, cuando ya no les son útiles, cuando se enfrentan y dejan de ser títeres, los desaparecen y los desprecian", escribió Gil en su perfil de Facebook.

En medio de esta vorágine de rumores y acusaciones, María Victoria Gil viajó recientemente a La Habana para la grabación de un documental, lo que generó gran preocupación en su hijo, quien ahora se muestra "tranquilo" al tener a su madre de vuelta con él.

Mientras tanto, las acusaciones específicas contra Alejandro Gil Fernández permanecen envueltas en un velo de misterio para el público en general. Sin embargo, se habla de una supuesta conexión con Fernando Javier Albán, propietario de una pequeña empresa privada que en su momento fue elogiada en varias ocasiones por la prensa oficialista cubana.

Albán, quien también fue detenido bajo acusaciones de corrupción, ha sido señalado como posible eslabón clave en esta trama de supuestos actos de corrupción que han sacudido los cimientos del régimen castrista.

En un entorno donde la transparencia y la libertad de expresión son bienes escasos, el caso de Alejandro Gil Fernández se ha convertido en un enigma que desafía la búsqueda de la verdad. Mientras el régimen cubano guarda un hermético silencio, la opinión pública se debate entre los rumores y las especulaciones, ansiando respuestas concretas que arrojen luz sobre esta oscura situación.

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