Las cosas no mejoran para el grupo de cubanos que desde hace 13 días intenta cruzar la frontera entre Surinam y Guyana. Siguen varados a la espera de un acuerdo entre ambos gobiernos y la tensión es tanta que el flujo comercial entre ambos países permanece suspendido, en un limbo similar al que viven los migrantes.
La confusión prima en Nickerie, el lugar donde más de 400 cubanos esperan desde el 30 de noviembre cruzar el río Courantyne, que separa a Surinam de Guyana.
Según reporta la prensa guyanesa, el pasado lunes, el embajador de Cuba en Guyana se reunió con el Ministro de Relaciones Exteriores de ese país en Georgetown. Ese mismo día el fiscal general decidió mantener suspendido el servicio de ferry entre esa nación y Surinam, y así continuar con la frontera cerrada hasta alcanzar una decisión.
El viernes, autoridades de ambas naciones se reunieron otra vez, pero los migrantes dicen saber poco del resultado.
A las autoridades, les preocupa la condición legal de los migrantes. Ni Surinam ni Guyana requieren un visado consular de turismo a los cubanos. Los migrantes aseguran que casi todos están en regla.
Estos migrantes sostienen que intentarán aproximarse a la frontera de Estados Unidos para solicitar asilo político. En un amplio comunicado, la embajada cubana en Paramaribo responsabilizó a la política exterior de Washington.
