En Nueva York y los Ángeles, miles de pruebas buscan entender el avance del virus. Y estos exámenes de anticuerpos sería un recurso revelador, aunque hasta el momento, no del todo exacto
El país ha puesto su expectativa en ellos: los diagnósticos de anticuerpos, esos que -en teoría- dirían si una persona ha tenido el virus, aún sin síntomas, podrían ser un arma de doble filo
Un especialista asegura que su laboratorio revisó múltiples kits de 5 diferentes fabricantes y el 70 por ciento de los resultados fue inconsistente.
Sean Tabibian dice que “son peligrosos, porque están indicando falsos positivos o falsos negativos y estarían dando a sus usuarios la falsa seguridad de que de alguna manera serían inmunes”.
La duda está sobre los test rápidos recae no solo en su efectividad, sino en que hay más de una docena de marcas en el mercado nacional. Muchos de ellos, incluso, han sido producidos en asia. ¿el problema? No todos fueron validados por la agencia federal para la administración de drogas y alimentos.
En marzo, la FDA permitió a los proveedores autovalidarse para así acelerar la distribución de pruebas.
Stephen Hahn, comisionado de la FDA, asegura que “el propio comisionado de la FDA reconoció estar preocupado porque muchas de las marcas no fueron revisadas por la agencia. De eso se encarga ahora una comisión en el instituto nacional del cáncer”.
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Hasta el momento, sólo 4 marcas cuentan con la aprobación de la FDA. Aquellas que no han pasado revisión deben tener en su etiqueta un mensaje similar a este: “este producto no ha sido aprobado por la FDA. Y no debería considerarse como único método para diagnosticar una infección”.
Pero indudablemente, mientras se certifican de la forma adecuada, expertos del CDC insisten en que las pruebas de anticuerpo son clave. Sólo en Los Ángeles, por ejemplo, han revelado que el porciento de contagio pudiera ser mucho mayor de lo calculado, aunque la letalidad del virus ha sido mucho menor.