Las condiciones de un edificio multifamiliar en la Habana Vieja llama la atención de quienes allí viven y de los preocupados porque un accidente o derrumbe pueda acabar con la vida de varias personas, tal como pasó hace solo dos días luego que otra edificación en ruinas se viniera abajo y dejara un saldo de tres muertos.
La edificación ubicada en Angeles 165, entre Monte y Corrales, en la Habana Vieja, sufrió un derrumbe parcial el pasado 1 de junio.
Entre el polvo y los escombros, viven la madre que graba videos de la casa donde teme que sus tres hijos queden aplastados pues a diario “todos estos pedazos se caen y nosotros, abajo”, por lo que en el techo colocó sábanas que funcionan como falso techo “porque caen los trozos. Esto está lleno de polvo, que cae arriba de la cuna, como tu podrás ver”.
La mujer asegura que ha ido antes las autoridades en varias ocasiones “y nos dicen que no hay recursos que no hay donde meternos”.
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Esta es una situación que se repite. Según datos del propio régimen, casi el 40% de las viviendas en Cuba están en regular o mal estado técnico.
Las promesas del discurso oficialista no se cumplen y los pronósticos solo favorece a la construcción de nuevos hoteles. Como uno en el medio del Vedado que cuenta con más de 40 pisos construidos por el conglomerado militar Gae.s.a., a pesar de que el turismo en Cuba no da señales de una recuperación.
Este jueves fueron sepultados en La Habana los dos bomberos que murieron en el derrumbe de la calle Lamparilla: la única mujer rescatista del país y un joven de 23 años. Durante el colapso también falleció Ramon Paez Frómeta, de 79 años, y quien residía en el edificio que se vino abajo.
