Lo que comenzó como una serie de denuncias ignoradas ha desembocado en una tragedia que pudo haberse evitado. El alguacil del condado de Broward, Gregory Tony, confirmó lo que la familia de Mary Gingles había venido señalando durante meses: la policía tuvo en sus manos la oportunidad de intervenir y evitar su asesinato, pero no lo hizo.
A raíz de esta revelación, el departamento de policía ha iniciado una investigación interna y ha suspendido a siete oficiales involucrados en el manejo del caso, incluyendo un teniente, dos sargentos y cuatro agentes.
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Han sido puestos en licencia administrativa por investigación con sueldo a:
1. Teniente de Tamarac Michael Paparella, 28 años de servicio- 50 años
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2. Sargento de Tamarac Travis Allen, 18 años de servicio- 45 años
3. Sargento de Tamarac Devoune Williams, 20 años de servicio- 51 años
4. Agente de Tamarac ILany Ceballos, 5 años de servicio- 27 años
5. Agente de Tamarac Brittney King, 5 años de servicio- 29 años
6. Agente de la División Civil Joseph Sasso, 8 años de servicio- 57 años
7. Agente de Dania Beach Daniel Munoz, 5 años de servicio- 29 años
Según Tony, estos oficiales "pudieron haber hecho más" para proteger a Mary y su familia, pero en su lugar, mostraron un desempeño deficiente en el seguimiento de sus múltiples denuncias.
Los documentos de la corte revelan que Mary Gingles realizó al menos dos llamadas claves a la policía en los meses previos a su asesinato. En octubre, reportó haber encontrado un dispositivo de rastreo en su automóvil, lo que la llevó a sospechar de que su esposo, Nathan Gingles, la estaba vigilando. Pese a su temor, la denuncia no recibió seguimiento.
Dos meses después, en diciembre, Mary volvió a contactar a la oficina del alguacil de Broward tras descubrir lo que describió como un "kit de asesinato" escondido en su garaje. En esa ocasión, un oficial pasó 35 minutos escuchándola, pero una vez más, no se tomaron medidas concretas. Según el propio alguacil Tony, en ese momento ya había pruebas suficientes para arrestar a Nathan Gingles, pero la oportunidad se desperdició.
La inacción policial tuvo consecuencias fatales. Nathan Gingles finalmente llevó a cabo su plan, asesinando primero a su suegro, David Ponzer, antes de perseguir a Mary hasta la casa de un vecino, Andrew Ferrin, quien abrió la puerta para ayudarla y también terminó perdiendo la vida.
El alguacil Tony no ocultó su frustración y dolor ante lo ocurrido. "Lamento mucho tener que decirle esto a esta familia. Solo los lastima aún más. Básicamente estoy diciendo que tuvimos la oportunidad de salvar las vidas de sus seres queridos y fallamos", declaró.
Lo más alarmante es que esta tragedia no se trató de un caso aislado. Según el alguacil, existía un historial de decenas de llamadas de denuncia por parte de ambas partes en la pareja, lo que evidencia que el peligro era conocido por las autoridades. Sin embargo, el trabajo de seguimiento y prevención fue, en palabras del propio Tony, "paupérrimo".
La investigación interna busca determinar las responsabilidades individuales de los oficiales suspendidos y si hubo negligencia grave en la evaluación del peligro que enfrentaba Mary Gingles. Mientras tanto, la comunidad de Broward exige respuestas y garantías de que situaciones similares no se repitan.