Un momento de alegría en tiempos de distanciamiento social, le devolvió la sonrisa a cuatro adolescentes con discapacidad que no pudieron celebrar su cumpleaños a causa del coronavirus.
Todo fue alistado por la organización benéfica Friendship Circle quien en los últimos 15 años ha ejecutado diferentes programas inclusivos que ayudan a los niños con necesidades especiales.
En menos de dos meses el COVID-19 cambió hasta la forma de celebrar los cumpleaños, todo es distanciamiento social, pero eso no significa olvidarnos de nuestros seres queridos.
En la puerta de su casa Justin DeWitt espera una visita especial, el próximo viernes cumplirá 20 años y no podrá reunirse con sus amigos. A dos millas de distancia, decenas de voluntarios, de Friendship Circle, le organizan un momento que quedará guardado en su memoria para siempre.
“Y con este apoyo que estamos ofreciendo la comunidad le vamos a probar que no tienen que salir de la casa, nosotros vamos a ir a verlos a ellos y a darles el mejor cumpleaños”, aseguro Jacob Bluming, un voluntario de la organización.
María DeWitt, madre de Justin advierte que “Friendship Circle es un grupo que realmente es parte de nuestra familia, el ha estado desde que tiene siete años y ha sido una gran ayuda para nosotros”.
Local
La caravana de cumpleaños organizada por voluntarios de Friendship Circle, recorrió las casas de cuatro adolescentes y jóvenes con capacidades especiales además de cantarles el tradicional “feliz cumpleaños” también les dejaron regalos.
Nechama Harlig, codirectora de Friendship Circle piensa que “es realmente difícil para los niños con necesidades especiales que carecen de la estructura y la rutina, queremos que sepan que hay personas que se preocupan por ellos, que no están solos".
En el sur de la Florida los maestros exploran nuevas vías para impartir lecciones personalizadas a distancia, mientras eso ocurre los padres de niños con capacidades especiales se encargan de sus terapias, control del comportamiento y lecciones prácticas.
“Estar en la casa todo el tiempo sin ir a la escuela, sin reunirse con los amigos realmente es muy difícil”, explica la madre de Justin, María DeWitt.
Para las personas con capacidades especiales y sus padres, el confinamiento continúa siendo todo un reto la vuelta a la normalidad.