Iris Ruíz integrante del movimiento San Isidro arribó a Miami con una visa médica y en silla de ruedas llegó a esta clínica donde chequearon sus signos vitales.
Minutos antes de ser hospitalizada, dijo:
“Yo comencé tratándome como todas las personas allí. Lo que logré saber es que era una ‘hiperplasia endometrial”.
Fue en 2017 cuando comenzó a experimentar los primeros síntomas de su padecimiento. Dice Ruíz que la seguridad del estado cubano intervino repentinamente y obstaculizó su acceso a consultas médicas.
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“Me entregaron un papel en blanco, escrito a bolígrafo con el resultado negativo. No estaba firmado por un doctor ni nada”, dijo Ruíz.
Asegura, como ejemplo, que así recibió los resultados de una citología, cuatro meses después de practicarse el examen en 2019.
Las cosas se complicaron tras la notoria huelga del movimiento san isidro en 2020, del cual Ruíz es integrante.
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“A partir de ese momento me impidieron salir de casa y no pude volver a las consultas médicas”.
El doctor Alfredo melgar, quien gestiona la atención médica para Iris Ruiz, dice:
“Recibí la documentación y los récords médicos y la conclusión a la que llegó es que se cometieron numerosas negligencias médicas. No hay un diagnóstico sobre qué la está aquejando. Hay un dolor abdominal cuando se palpa. Hay inflamación”.
“En Cuba no vas a recibir tratamiento médico si eres opositor. Si lo recibes te pueden cambiar los medicamentos”, dijo Ruíz.
Ruíz fue hospitalizada inmediatamente, en esta batalla por su vida, le acompañan dos de sus hijos.
Uno de sus hijos, Andy Rodríguez, dijo:
“Y es un orgullo para mi ser hijo de mi mamá y de Amaury, de los que ellos hacen, de su trabajo. Y entiendo que eso tiene consecuencias en un país así, pero yo las asumo”.
El médico de la activista ha pedido que quienes busquen colaborar en el caso de Ruíz se comuniquen con su centro médico en Miami Dade “The Florida Clinic” para coordinar la ayuda.
