Protestas en Cuba

Se cumple un año de las históricas protestas en Cuba

Tras las protestas vinieron detenciones de opositores y ciudadanos anónimos, algunos menores de edad; Cubalex y Justicia 11J documentan al menos 1,484 arrestos. 

Telemundo

MIAMI.- Cuba cumple un año desde el estallido del 11de Julio, las mayores protestas antigubernamentales en décadas, sin soluciones para el grueso de las causas que lo provocaron, el desabastecimiento, la inflación y los apagones, apuntan expertos y activistas.

El descontento y hartazgo de muchos durante meses convirtió aquel día una protesta espontánea en San Antonio de los Baños, localidad ubicada a 35 kilómetros de La Habana, en el catalizador de unas movilizaciones sin precedentes que se extendieron rápidamente por todo el país.

Aupadas por las transmisiones en vivo en redes sociales, las marchas lograron articularse en cerca de 50 puntos de la isla, con epicentro en la capital.

Secuencias grabadas hoy en La Habana, registran una aparente calma. Una tranquilidad sostenida por el pánico y el terror a la represión.

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Patria y Vida: la canción que acompañó la protesta y se convirtió en el himno inspirador de los cubanos el 11 de julio

La gente salió a las calles exigiendo libertades y la instauración en Cuba de una democracia liberal, frente a la dictadura marxista comunista que impera en la isla. La canción "Patria y vida", crítica con el la auticracia cubana, se convirtió en himno de las protestas.

Las redes sociales jugaron un papel vital en el estallido social en Cuba

Aunque la mayoría de las marchas fueron pacíficas, algunos choques con la policía dejaron escenas con lanzamiento de piedras y el vuelco de autos patrulla, lo que sirvió para que el gobierno las considerara como orquestadas desde el exterior, las tildara además de violentas y contrarrevolucionarias.

Hace poco el dictador de turno de Cuba, Miguel Díaz-Canel, las calificó como un “golpe de Estado vandálico”. Él mismo dio ese 11 de julio por televisión nacional, la controvertida "orden de combate" a los "revolucionarios" para recuperar la calle.

A las protestas siguieron detenciones masivas de opositores históricos y ciudadanos anónimos, algunos menores de edad. Las ONG Cubalex y Justicia 11J han documentado al menos 1,484 arrestos. 

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La Fiscalía General de la República apuntó en enero que 790 personas habrían sido procesadas por estos hechos, de las que 55 tenían en esa fecha entre 16 y 17 años, entiéndase que la edad mínima penal en Cuba es de 16 años.

Hasta el momento los tribunales han emitido 76 sentencias en firme contra 381 personas. El 78% de los sancionados (297) obtuvo penas de prisión, en ocasiones de hasta 25 años.

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Human Rights Watch y ONG locales han reportado asimismo un repunte desde entonces de la represión contra activistas, disidentes y periodistas independientes.

Denuncian detenciones arbitrarias, amenazas, interrogatorios, sitios en sus domicilios y cortes de la conexión a Internet, acciones que se intensifican en momentos políticamente sensibles, como en este primer aniversario del 11J o en torno a la protesta frustrada del pasado 15 de noviembre.

En estas condiciones, algunos han abandonado el país. La marcha más mediática fue la del portavoz del colectivo disidente Archipiélago, Yunior García Aguilera.

COVID-19 CONTROLADA, CRISIS AGRAVADA 

Un año después, el Gobierno solo ha solucionado una de las causas, según los analistas: la crisis sanitaria derivada del mayor brote de COVID-19 en la isla. 

Entre julio y agosto de 2021 el país sufrió picos de más de 9.000 contagios diarios y cerca de un centenar de muertes al día.

La industria biofarmacéutica estatal produjo tres vacunas contra el COVID-19, que poco después se empezaron a inocular de forma masiva entre la población a partir de los dos años.

Cuba ha dado recientemente por controlada la pandemia, pues más del 90% de su población cuenta con el esquema completo de vacunación.

"La campaña ha sido todo un éxito. Pero en cuanto a la crisis económica, no veo necesariamente grandes avances”, apunta Michael Bustamante, historiador de la Universidad de Miami.

Arturo López-Levy, profesor asistente de Política y Relaciones Internacionales en la Universidad Holy Names, de California, coincide y considera que el avance de la inmunización quedó ensombrecido por el desempeño de la economía.

“El tema energético (por los apagones) y alimentario se ha agravado y es un factor de irritación social”, agregó.

CRISIS ENERGÉTICA Y ECONÓMICA 

Según datos oficiales, la inflación en el mercado minorista estatal alcanzó en 2021 el 70%. El incremento de los precios en el extendido mercado informal, dependiendo de los cálculos, rondó entre el 500 y el 700%.

Mientras, el producto interior bruto tuvo un incremento del 0,5% tras un desplome por encima del 10% en 2020.

El desastre es total por la incapacidad para invertir en nuevas capacidades de generación de energía.

Esa fotografía no ha cambiado del todo. De acuerdo con un comunicado de la presidencia en marzo, el PIB "aún no se recupera de la caída estrepitosa" de 2020 y 2021. La inflación interanual se situó este mayo en el 26%.

El Ejecutivo ha reiterado que estas dificultades se deben al recrudecimiento de las sanciones de EEUU en la era de Donald Trump y la pandemia, aunque también ha reconocido fallos en la implementación de la reforma económica denominada Tarea Ordenamiento a principios de 2021.

Otro factor que se repite es el de los apagones: desde mediados de marzo, la empresa estatal Unión Eléctrica ha informado de cortes en al menos 54 días, prácticamente a diario desde junio, según un recuento realizado a partir de comunicados de la empresa.

Por varias horas al día sufren los cubanos los indeseables apagones que ya se cuelan en el diario de las familias, algunos se tornan proactivos y toman medidas, otros se quejan lo de lo intolerante de la situación.

A diferencia de López-Levy y Bustamante, la activista cubana Carolina Barrero –exiliada desde febrero– considera que la situación ha ido a peor en todos los rubros: “Las mismas condiciones que estaban el 11 de julio siguen estando ahí y se han multiplicado".

JUICIOS A LOS MANIFESTANTES

Los juicios a los manifestantes se han ido sucediendo desde entonces, especialmente desde finales de 2021. Activistas y ONG hablan de presos políticos y de conciencia, fabricación de pruebas e incumplimiento del debido proceso, algo que el Poder Judicial cubano niega.

Uno de los delitos más repetidos es el de sedición, polémico por su connotación política y las elevadas penas de cárcel que conlleva. La ONG Cubalex ha documentado 14 métodos de tortura a los presos por el 11J.

“Las condenas han sido desproporcionadas, por su carácter ejemplarizante. Es muy probable que la criminalización de la protesta haya logrado un efecto de disuasión”, lamenta el académico cubano y profesor del Colegio de México, Rafael Rojas.

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Este tipo de sanciones –endurecidas en el nuevo código penal aprobado en mayo– han sido criticadas incluso por personalidades tradicionalmente cercanas al Gobierno, como el cantautor Silvio Rodríguez. 

MIGRACIÓN

Ante la pregunta de si es posible que los cubanos regresen a las calles, los expertos no dan una respuesta contundente.

Para Bustamante se antoja difícil por el uso de la migración como "válvula de escape", especialmente con la eliminación del visado para los cubanos en Nicaragua y la reapertura de las fronteras tras la mejora de la situación epidemiológica.

Al menos dos grupos de migrantes cubanos llegaron este domingo al sur de Florida, una decena de ellos lo hicieron por los Cayos y otros 6 por Golden Beach, ahora podrían enfrentar la deportación.

Según datos de EEUU, solo en los primeros ocho meses del actual año fiscal, que comenzó en octubre, han llegado a territorio estadounidense unos 140,602 cubanos.

La cifra supera al hasta ahora mayor éxodo que data de 1980, cuando unas 125,000 personas salieron por el puerto del Mariel en solo siete meses.

Estas cifras, paralelamente, han provocado una crisis migratoria en EEUU que, según la socióloga cubana Diosnara Ortega, puede ser utilizada por el Gobierno insular para sentar a Washington en la mesa de negociación.

Añade que también puede utilizar la posible rebaja en las condenas iniciales de los manifestantes como una “moneda de cambio”.

Aunque advierte de que “el uso de ese capital tiene un plazo que se acaba” y que lo marca una crisis de “legitimidad” del actual Gobierno cubano entre la población, en contraste con el respaldo que disfrutaba la generación histórica que triunfó en la revolución.

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