Rosa guardará por siempre dos dolores en lo profundo de su corazón. La separación, por 18 años, de sus hijos durante su estancia ilegal en Estados Unidos; y el lamentable regreso, para enterrar a Maykol, uno de sus retoños, víctima de la represión del gobierno de Daniel Ortega a los estudiantes.
"Es duro para mí, no estar tantos años con mis hijos, para venir a encontrar a uno muerto, y asesinado de esa manera tan brutal", dice conmovida, mientras muestra una fotografía de su hijo, impactado de bala en el pecho, por una AK-47. "Esta arma solo la usa la Policía del Gobierno de Nicaragua", asegura.
Maykol Cruz, hijo de Rosa Sánchez, es una de las más de 40 personas, en su mayoría jóvenes estudiantes, que han perdido sus vidas como parte de la represión del Gobierno sandinista a las protestas callejeras, que se suceden hace más de 10 días.
"Pido justicia por la muerte de mi hijo, aunque se que no habrá justicia en este país corrupto; mi única esperanza es la justicia divina", dice Rosa, quien afirma temer por su vida, pues luego de estos acontecimientos ha recibido amenazas, por lo que pide ayuda para salir del país con una visa humanitaria.
