Una operadora de sexo telefónico gana su vida en esta industria y a la misma vez ayuda a la policía como una informante confidencial. Las autoridades luego usan su información en su batalla contra la pornografía infantil.
“Hi daddy. I’m Lola.” Esta operadora de sexo telefónico, a quien llamaremos Lola, dice que lo que más le piden es que imite a la voz de una niña.
Lola nos cuenta que para la mayoría de los hombres con quien se comunica, la petición es tan común como tomarse una taza de café.
La policía nos dice que estas llamadas no son ilegales, mientras que los adultos no crean que realmente están hablando con menores de edad y que no se transfiera pornografía infantil.
Lola fue arrestada en el 2015, acusada de pornografía infantil, después de enviar a uno de sus clientes algunas imágenes que le pidió. Ella dice que no sabía que eran realmente niños.
Durante su probatoria, ella se convirtió en una informante confidencial, avisando a la policía de llamadas sospechosas.
“De seis años para tras nosotros cogíamos quizás 30 casos al mes, ahora hay días que cogemos 30 casos en un día”, dice la detective Jeannette Azcuy, del Departamento de la Policía de Miami Dade.
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En su computadora nos muestra cómo se puede ver - en vivo - a todas las personas que estaban bajando imágenes inapropiadas.
“En estos momentos toda esta gente están bajando posiblemente pornografía infantil”, dice Azcuy.
Algunas imágenes tienen un etiqueta electrónica que permite que las autoridades las sigan con la intención de hacer arrestos.
En el último mes, la unidad de policía en el sur de la Florida llamada “crímenes contra niños en el internet”, arrestó a Sergio Castiblanco, de 23 años de edad.
Las autoridades dicen que recuperaron imágenes en su computadora de niños menores de 7 años participando en actos sexuales.
Castiblanco, que se declaró no culpable de los cargos, está entre la aproximadamente decena de personas que este equipo detiene cada año.
“Hay mayores de edad que están involucrados en actos sexuales con niños y niñas… Estamos hablando de menores de edad de meses o de uno o dos años”, dice azcuy.
John Tobon, con el Departamento de Investigaciones de Seguridad Nacional, dice que la tecnología y el internet han resultado en un alarmante aumento en la cantidad de pornografía infantil que se puede producir y la rapidez con la que se distribuye.
