Esta vez no se trató de una manifestación como las que ya han tenido lugar en Miami y varias ciudades del país. No hubo consignas, ni carteles, esta vez la invitación fue al diálogo.
Susana Baker, organizadora del evento, dice que “hablar y tener una conversación sobre qué está pasando con nuestra gente y cómo los podemos ayudar” es parte importante de intentar resolver la crisis.
Joey Cancel, presidente de La Placita, dijo que “no estamos hablando de colores ni de partidos. Estamos hablando de cómo nuestra isla tiene que volver a regalar el orden.
Al diálogo no sólo se sumaron activistas y representantes de organizaciones sino boricuas de la diáspora con un mensaje claro y directo para el gobernador.
Jordi Omar Rodríguez, puertorriqueño residente en Miami alega que tienen que ser libres y le pide la renuncia al gobernadora. “La juventud está hablando, yo estaba allá en Puerto Rico. Estamos cansados”.
Aunque la mayoría exige precisamente la renuncia inmediata del gobernador, también están quienes opinan que ese no es el camino para salir de la crisis.
Isabel Villalón, presidenta de Progress Puerto Rico, asegura que “él no se va a ir y solo se podría remover de forma violenta. Esto sería peor ahora que el presidente no nos quiere dar los fondos que nos merecemos y esta usando todo esto como excusa”.
Pero en algo sí coincidieron quienes se sumaron a este diálogo: la isla está en quiebra y necesita el apoyo de la diáspora.
Victor Vazquez Hernández, profesor de historia, dice que “aquí hay 5 millones de puertorriqueños que podríamos estar colaborando y ayudando económicamente, pero a quién se le da el dinero, cómo se invierte”, son algunas de las interrogantes que florecen.
Desde Miami, esta representación de la diáspora le exige a la asamblea legislativa que tome acción y escuche la voz del pueblo, dentro y fuera de la isla.
