NUEVA YORK — Durante su campaña electoral en 2019, el presidente Joe Biden prometió que lucharía para cambiar las leyes de inmigración y ofrecer una vía a la ciudadanía estadounidense para millones de inmigrantes que viven sin documentos migratorios en Estados Unidos.
Su tono era muy distinto al de su antecesor Donald Trump, quien impuso medidas para frenar la llegada de inmigrantes y para eliminar alivios migratorios que beneficiaban a migrantes en Estados Unidos.
Biden cumple este jueves un año en la Casa Blanca y esa reforma migratoria no ha ocurrido, a pesar de que los demócratas gozan de una delgada mayoría tanto el Senado como la Cámara Baja en Washington.
EN LA CAMPAÑA ELECTORAL PROMETIÓ UNA REFORMA MIGRATORIA
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Entonces, ¿por qué no se ha hecho realidad una reforma migratoria?
ACCIÓN EL PRIMER DÍA
En su primer día en la Casa Blanca, Biden propuso un proyecto de ley para ofrecer un camino de ocho años hacia la ciudadanía para aproximadamente 11 millones de inmigrantes sin autorización. El paquete legislativo se llama U.S. Citizenship Act of 2021.
El plan, que fue introducido al Congreso en febrero, no ha sido votado ni en el Senado ni en la Cámara Baja.
Según Marielena Hincapié, directora del National Immigration Law Center, una organización de defensa de los derechos de los inmigrantes, la propuesta de Biden no se votó, en parte, porque se priorizó aprobar cientos de millones de dólares en ayuda financiera para estimular la economía, golpeada por la pandemia del COVID-19.
El U.S. Citizenship Act of 2021 también se topó con la oposición del partido republicano.
En el Senado estadounidense, compuesto por 100 senadores, se necesitan 60 votos para poner fin al debate sobre cualquier proyecto de ley y llevar ese proyecto a votación.
Los demócratas —el partido cuya mayoría de miembros habla a favor de una reforma migratoria— no llega a los 60 votos si no cuenta con el apoyo de republicanos que también voten a favor de la medida.
Los demócratas cuentan con 50 senadores y con la vicepresidenta Kamala Harris, que es presidenta de la Cámara.
OTROS INTENTOS
Tras la llegada de Biden al poder, agentes de inmigración empezaron a registrar un fuerte aumento de inmigrantes que llegaban de forma irregular a la frontera sur de Estados Unidos. La llegada de tantos migrantes supuso un revés político para Biden, que empezó a ser criticado por su manejo de políticas fronterizas y a perder popularidad.
En lugar de asumir la enorme propuesta del presidente, la Cámara Baja aprobó en marzo dos proyectos de ley menos ambiciosos. Uno era para abrir un camino a la ciudadanía a los jóvenes conocidos como “dreamers” y a los migrantes que huyeron de guerras o desastres naturales en sus países de origen.
Los “dreamers” son jóvenes que fueron traídos ilegalmente a Estados Unidos cuando eran niños por sus familiares. El proyecto de ley para ayudarles se llama American Dream and Promise Act.
También proponía ayudar a inmigrantes con el llamado Temporary Protection Status o TPS, un alivio migratorio temporal.
Según cifras oficiales, unos 3.6 millones de “dreamers” viven en Estados Unidos. Trump puso fin a un programa de alivio migratorio para ellos, conocido como DACA, en 2017.
Tras varias batallas en las cortes, jóvenes que estaban protegidos por el programa pueden renovar su membresía a éste, pero ya no se aceptan solicitudes al programa por primera vez.
Se calcula que en Estados Unidos viven aproximadamente 320,000 migrantes con TPS, muchos de ellos provenientes de El Salvador y Honduras. Trump intentó poner fin al programa pero varias demandas en las cortes lo frenaron.
Un segundo proyecto de ley en la Cámara Baja el año pasado proponía protecciones similares para aproximadamente un millón de trabajadores del campo que viven sin autorización en Estados Unidos.
Ambos planes —el de “dreamers” y TPS y el de los trabajadores del campo— nunca fueron votados en el Senado, debido a la oposición republicana.
Esfuerzos similares han ocurrido varias veces en las últimas décadas, pero siempre fallan en el Congreso debido a que la inmigración es un tema que genera mucha división. La última reforma migratoria ocurrió en 1986 y ayudó a aproximadamente 2.5 millones de inmigrantes a ganar la residencia permanente.
“RECONSTRUIR MEJOR”
En septiembre los demócratas incluyeron protecciones para inmigrantes no autorizados en un gigantesco proyecto de ley de gasto social bautizado en inglés como “Build Back Better” (“Reconstruir mejor”) y valorado en $1.75 billones.
El paquete legislativo fue aprobado por la Cámara Baja pero se encuentra estancado en el Senado.
Los demócratas proponen en él ofrecer la posibilidad de que unos 6.5 millones de inmigrantes que residen en el país sin autorización desde el 2010 puedan solicitar permisos de trabajo temporales.
El Partido Demócrata quiere usar normas especiales en el Senado que les permitirían votar por el paquete legislativo por simple mayoría, en lugar de intentar lograr los 60 votos requeridos.
Sin embargo, la parlamentaria del Senado, Elizabeth MacDonough, ha dicho, en tres ocasiones distintas, que los elementos de reforma migratoria contenidos en el paquete, deben ser sacados de éste.
MacDonough asegura que los demócratas violarían las normas del Senado al usar el paquete legislativo para ayudar a los inmigrantes.
¿Y AHORA QUÉ?
Grupos partidarios de una reforma migratoria están pidiendo a los demócratas en el Congreso que ignoren a la parlamentaria, ya que ésta sólo recomienda, y que voten a favor de “Reconstruir mejor” usando el sistema de una simple mayoría en el Senado.
Marielena Hincapié, la directora del National Immigration Law Center, opina que si los demócratas no cumplen con sus promesas de lograr una reforma migratoria, perderán muchos votantes en las elecciones legislativas este año.
“No hemos visto al presidente Biden o la vicepresidenta (Kamala) Harris usar su capital político y su conocimiento sobre cómo funciona el Senado para cumplir con la promesa que hicieron en su campaña,” dijo Hincapié.
“En temas de legislación (migratoria), no hemos logrado ningún progreso. Esta ha sido el área en la que la administración se ha quedado corta”.
Alejandro Mayorkas, secretario del Departamento de Seguridad Interna estadounidense, dijo esta semana que la reforma migratoria sigue siendo una prioridad para Biden.
“Él ha continuado en la lucha por esa reforma legislativa y prosigue en ella,” expresó Mayorkas durante una conferencia de la Casa Blanca con medios hispanos.
“Seguimos esperanzados y seguimos luchando por la acción legislativa que este país necesita para finalmente reparar un sistema (de leyes migratorias) que se encuentra roto”.