parole humanitario

Multitud de haitianos buscan tramitar pasaportes para optar al parole humanitario

En la capital de la isla la oficina de inmigración se ha visto abarrotada de ciudadanos de ese país que busca una vía legal para llegar a EEUU.

Telemundo

Las autoridades hablan de una crisis por la gran cantidad de migrantes que están llegando a esa zona del sur de Florida.

PUERTO PRÍNCIPE — Cientos de haitianos acuden diariamente a la única oficina de inmigración en Puerto Príncipe para tramitar pasaportes con la esperanza de ser elegidos pronto para vivir legalmente en Estados Unidos bajo el nuevo plan migratorio anunciado por el gobierno de Joe Biden.

La multitud ha ido aumentando desde que el presidente estadounidense anunció que Estados Unidos aceptará 30,000 personas cada mes procedentes de Haití, Nicaragua, Cuba y Venezuela. Los seleccionados podrán trabajar por dos años en el país si tienen patrocinadores y si pasan su revisión de antecedentes.

Aquellos que sean seleccionados necesitarán pasaportes para viajar, lo que ha causado la presencia de la multitud en la oficina migratoria en la capital haitiana.

“Estoy aquí porque me quiero ir de Haití, pero no me quiero arriesgar en un bote”, declaró Jennyfer Leonard, una maestra de 30 años de edad, en alusión a la gran cantidad de haitianos han muerto a bordo de embarcaciones en su intento de llegar a Estados Unidos.

“Sería bueno irme con mis dos hijos para que ellos tengan un futuro, pero no estoy dispuesta a arriesgar que ellos mueran en el camino”, añadió.

Por ello optó por la vía legal recientemente anunciada en vez de sumarse a las decenas de miles de haitianos que han sido interceptados en la frontera entre Estados Unidos y México y deportados.

El miércoles, una multitud se aglomeró en torno a la oficina migratoria bajo un intenso sol para solicitar, recoger o renovar un pasaporte, o para indagar sobre el estatus de su solicitud.

“¿Es ese mi nombre? ¿Es ese mi nombre?”, preguntaban las personas cada vez que un funcionario se aproximaba a la cerca y nombraba a alguien.

Garry Saint Paul, de 25 años, estaba entre la multitud que esperaba para recoger su pasaporte.

Antes trabajaba en la vecina República Dominicana como conserje de un hotel, hasta que venció su contrato y su pasaporte, obligándolo a regresar a Haití donde sigue desempleado.

“Haití está bajo asedio”, dijo. “Las pandillas están controlándolo todo. ¿Por qué no me voy a ir, si tengo la oportunidad?”

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