Cruz, el precandidato renegado del Partido Republicano

Si bien muchos lo rechazan por irascible, el legislador continúa en ascenso

La reputación de Ted Cruz de ser un ideólogo arrogante, duro y franco lo ha perseguido durante toda su campaña por la candidatura presidencial republicana, pero no ha impedido el ascenso del senador de Texas.

Cruz más bien reafirma cada vez más su imagen de persona irascible, como buscando convertir lo que podría ser una carga en una ventaja.

"Si quieres a alguien con quien irte a tomar una cerveza, es probable que yo no sea ese hombre", dijo Cruz durante un debate republicano a fines del año pasado cuando le pidieron describir su mayor debilidad. "Pero si quieres a alguien que te lleve a casa, lo haré y te llevaré a casa".

Cruz y sus partidarios disfrutan su condición de candidato poco conocido, al señalar sus conflictos con otros senadores republicanos. Ninguno lo ha respaldado para ser presidente.

Un grupo que apoya la candidatura de Cruz envió un email para conseguir fondos en diciembre que en el renglón de asunto decía "Washington odia a Ted Cruz". Con frecuencia Cruz critica al "cártel de Washington", que según él tiene miedo de que los conservadores se unan detrás de él. Dice estar satisfecho de que las "élites de Washington" lo desprecien.

Los partidarios de Cruz -incluso algunos que llegaron para un gran mitin en una iglesia evangélica cerca de Richmond, Virginia, en diciembre- apoyan la dureza que ha provocado que Cruz choque con otros republicanos.

"Lo ven como un renegado en el Partido Republicano", dice Carter Cobb, un retirado de la Armada de 56 años de Mechanicsville, Virginia. Para Cobb y otros, Cruz es el único precandidato dispuesto a hacer enojar a todos y defender aquello en lo que cree.

"Hace que lo aprecie más. Siempre me ha gustado la gente que viene de afuera", dice Daniel Daehlin, de 51 años de Richfield, Minnesota. "Ronald Reagan nunca se llevó bien con la institución. Lo odiaron en 1976 y 1980".

Myra Simons, de Murfreesboro, Tennessee, coincide.

"¿Vamos a elegir a alguien sólo porque no puedes sentarte con ellos en la mesa y cenar?", dice Simons. "¿O vas a apoyar a alguien que defiende la Constitución y es serio en cuanto al problema en el que está metido nuestro país?".

Pero Cruz también ha mostrado un lado más suave, que según su campaña demuestra que él no es tan desagradable como indica su reputación.

De todos modos, los estudios demuestran que probablemente la simpatía de los candidatos está sobrevaluada, dijo David Redlawsk, un experto de la Universidad de Rutgers en política electoral de Iowa y que pasa los últimos meses del año en la Universidad Drake en Des Moines, Iowa. "Los votantes buscan una gran variedad de cosas", dice Redlawsk, "y la simpatía es sólo una pequeña parte de eso". 

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