WASHINGTON — Uno a uno, la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi tomó los bolígrafos alineados junto a ella y los utilizó para firmar una parte de su nombre en los cargos de juicio político contra el presidente Donald Trump. Posteriormente, entregó cada uno a los presidentes y directivos de la cámara baja que fungirán como fiscales del caso en el Senado.
Los bolígrafos utilizados en las firmas son un botín en Washington, a menudo repartidos en ocasiones más festivas. Se les puede ver enmarcados y colgados en los vestíbulos de toda ciudad como trofeos de proximidad al poder. El propio Trump ha participado en la tradición.
Pero Pelosi repartió los bolígrafos en un día sombrío, mientras firmaba los artículos de juicio político contra el tercer presidente que enfrenta ese proceso en la historia del país.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, arremetió contra Pelosi tanto por los bolígrafos como por su comportamiento, que fue duramente criticado en redes sociales por lucir demasiado risueña en un acontecimiento tan grave.
“Los bolígrafos de recuerdo de Nancy Pelosi colocados en bandejas de plata para firmar los fraudulentos artículos de juicio político”, tuiteó Grisham, retuiteando otra publicación que incluía una fotografía. “Estaba tan triste mientras los daba a la gente como premios”.
La firma de Pelosi envió los artículos contra Trump al Senado para el juicio que, se prevé, iniciaría el jueves.
Antes de la firma, sus asesores colocaron dos bandejas pequeñas que contenían más de una veintena de bolígrafos negros marcados con la firma de Pelosi. Ella ingresó a la habitación y se sentó en la mesa, con los documentos y bolígrafos enfrente. A su lado estaban los fiscales y presidentes de comisiones de la Cámara de Representantes, quienes han trabajado en el proceso de juicio político contra Trump. Pelosi tomó cada bolígrafo, firmó una parte, y entregó uno a cada legislador.
EEUU
Trump está familiarizado con esta tradición. En una ceremonia en junio de 2018, firmó un decreto que suspendía la separación de familias migrantes en la frontera sur del país. Luego entregó el bolígrafo a la entonces secretaria de Seguridad Nacional Kirstjen Nielsen.