En Nueva York, hay una escuela que no solo está brindándole educación a los niños. Los maestros que allí trabajan se vuelven casi sus parientes porque la mayoría de la población estudiantil llega con un serio problema.
En este centro educativo asisten niños que vienen de formar parte de familias con violencia doméstica. La mayoría ha vivido en refugios, donde la vida suele ser bastante difícil, por las incomodidades y por el ambiente que allí reina. Las mujeres suelen ser las que más padecen, porque deben enfrentar auna situación de abandono. En ocasiones no tienen trabajo y están en situación de abandono.
Hay una escuela, PS 188, que trabaja con niños hispanos, asiáticos y de otras razas, donde se les brinda atención desde muy temprano en la mañana. Allí los pequeños viven en un ambiente amigable que les permite volver a soñar co oportunidades.
El año pasado, el 47 % de los alumnos de PS 188 no tenían una casa donde vivir. Solo dos escuelas en la ciudad de Nueva York tenían un porcentaje superior. Y aunque eso puede generar un problema potencial, en esta escuela tratan de compensar el problema con mucha mística.
La misión de este centro educativo es sacar a los niños de las calles, un destino potencial para quienes desde pequeños han estado relacionados con hogares disfuncionales. En la actualidad, en Estados Unidos se calcula que hay unos 2.5 millones de pequeños en situación de indigencia.
Los docentes que allí están desarrollan un trabajo donde se comprometen a acabar con la pobreza y evitar la violencia. Y lo mejor es que buena parte del staff de educadores fueron alumnos del plantel.
