Angelina Meryll recuerda la mejor época de la vida de su mamá a través de las fotografías. La describe como una mujer que vivió tiempos muy felices. Sin embargo, lo que ocurrió con ella después de que muriera de cáncer de seno es lo que más ha molestado a su hija.
En vida, Angelina y su madre decidieron colaborar con el centro Biological Resource en Phoenix, Arizona, para intentar encontrar una cura contra el cáncer. La mujer donaría su cuerpo a la ciencia.
El centro les había explicado que tomarían trozos del tejido de su madre para enviarlos a laboratorios. Fue entonces, después de algunas semanas de haber donado el cuerpo, que Angelina recibió las cenizas de su presunta madre.
En enero del 2014, el FBI entró al centro y encontraron de todo, incluso el mismo cadáver de la madre de Angelina.
“La caja de lo que me mandaron, ¿es mi madre? Daba horror. Su cuerpo estaba completamente desmembrado”, dijo Angelina, quien ahora duda que las cenizas que tiene son de su madre.
“Todavía me atormenta”, dijo.
Angelina no es la única que se encuentra en esta pesadilla. Varias familias en Estados Unidos están demandando a la compañía, argumentando que vendían partes de los cuerpos de sus seres queridos a agencias de entrenamiento de perros, u otras instituciones. Dicen que la compañía no fue honesta sobre cómo usarían los cadáveres.
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El dueño de la compañía, Stephen Gore, admitió que había traspasado los tejidos humanos a instituciones sin autorización de las familias.
