NUEVA JERSEY – Una familia ecuatoriana de Plainfield está desgarrada y clama justicia luego de que un adolescente de 19 años se desangrara hasta la muerte al recibir dos disparos mientras practicaba baloncesto.
David Pérez soñaba con enlistarse en el Ejército de los Estados Unidos y servir como lo hizo su padre en su nación, pero la violencia con armas de fuego le impidió cumplir el propósito para el que se preparó desde pequeño.
“Por qué le hicieron así a mi hijo, si ellos me están viendo, porque ellos también tienen una madre”, comentó ahogada en llanto Gladys Sánchez, madre de David.
“Ese niño era dulce y sano”, expresó Segundo Pérez, padre del adolescente, quien no comprende por qué su David sería blanco de la ira de otros.
Pérez contribuía en su hogar con trabajo duro, al ayudar a su padre en el taller de mecánica de la familia.
“Trabajaba conmigo desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde, nunca alzaba la mirada”, dijo Segundo al recordar la humildad de su hijo.
El domingo era su día libre y quería compartirlo con sus amigos. Le pidió dinero a su madre para comparar algo de comer y se fue a practicar baloncesto.
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“Se despidió mi hijo y nunca regresó”, exclamó Gladys.
La balacera ocurrió a unas cuadras de su hogar, en un sector que frecuentaba.
Edwin Pérez, hermano de David, dijo que llegaron al lugar varios sujetos a bordo de dos vehículo “en busca de problemas”.
“Se enfrentaron y uno sacó un revolver y le disparó en el cuello”, comentó.
La familia dijo que un primo de David intentó salvarle la vida, pero no logró frenar la hemorragia. Pérez murió en un hospital local.
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