Una nueva luz se dibuja en el horizonte de quienes sufren de temblores involuntarios, pues ahora una nueva terapia podría ayudar a controlar esta condición así como también mejorar enfermedades como Parkinson, epilepsia y hasta depresión.
Esta terapia, no invasiva, podría traer sosiego a 10 millones de personas en Estados Unidos que a diario enfrentan dificultades para completar tareas cotidianas por el recurrente temblor.
El tratamiento, conocido como ultrasonido focalizado guiado por resonancia magnética, es un procedimiento ambulatorio. Consiste en más de mil ondas de ultrasonido que se unen en el cerebro y se calientan gradualmente hasta llegar a 150 grados para quemar ciertas células.
Para evitar quemaduras craneales, debe ser usado un casco especial de agua fría.
Esta tecnología que fue creada en Israel está siendo probada por el equipo del doctor Ali Rezai en el Centro Médico del estado de Ohio, uno de seis centros que en los Estados Unidos realizan los estudios clínicos.
Las personas inicialmente sometidas a las pruebas preliminares refieren una mejoría considerable con pocas sesiones.
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