Vivo por la música: sobreviviente del holocausto nazi

Giulio Salani se salvó de morir en un campo de concentración por su destreza al piano.

Música es el aire que siempre se respiró en la casa de la familia Salani. Giulio y su hermano Renato tocaban en la banda dirigida por su padre, pero en 1944 cayeron prisioneros de los nazis y fueron llevados al campo de concentración de Fossoli.

Los hermanos, que estudiaban contabilidad hasta su captura, fueron obligados a trabajar en una oficina del campo de concentración. Allí Renato dejó registros de aquel infierno que plasmó en versos, en el único papel del que disponía en su encierro.

En la oficina, los salani conocieron a Bruna, una espía italiana amante de un dirigente nazi, que arriesgó su vida por ellos y robó un sello para acreditar una supuesta enfermedad terminal que les permitió salir del campo de concentración y emprender un cruento regreso a casa.

Tras caminar por horas sin haber comido nada, encontraron una fiesta de matrimonio y decidieron preguntarle si querían que ellos tocaran música a cambio de comida. De este modo los Salani sobrevivieron al holocausto y empezaron una nueva vida.

A una exitosa carrera artística en Europa, le siguió una nueva consagración en Venezuela, junto a sus esposas, cantantes y hermanas. Y el éxito de un local a donde llevaban artistas a que tocaran con ellos música latinoamericana, al punto que hicieron 14 discos.

Como próximo destino sobrevino Estados Unidos, donde los hijos de Giulio se formaron como músicos y alcanzaron el éxito. A esta familia el sustento se los dio la música, que ha venido a salvarlos una y otra vez. Ese es el mejor legado de Giulio para sus hijos y para el mundo.

Contáctanos