Miles de niños en la Florida tienen a uno de sus padres encarcelados, pero más allá del delito que hayan cometido mantener el vínculo es importante para los pequeños y en especial para los menores de ocho años. También hay casos de padres que se incorporan a estas visitas, porque son sus hijos quienes están en prisión.
En uno de estos encuentros programados pudimos constatar que después de cada visita, a los pequeños los llevan para que hagan alguna actividad recreativa y así aliviar la ansiedad que les queda al separarlos de sus padres, que siguen encarcelados, y tambien establecen vínculos con otros chicos que están en su misma situación.