Venezuela de nuevo sin luz y Maduro pide “resistencia”

Un nuevo apagón dejó sin luz a Caracas y a otros estados del país.

Venezuela permanece este miércoles a oscuras debido a los repetidos cortes eléctricos que desde hace dos días afectan a la mayoría de la población, mientras el gobierno intenta restablecer el servicio luego del peor apagón en la historia del país.

Un nuevo apagón volvió a dejar a oscuras varias partes de Caracas, después de que la capital había ido recuperando la electricidad en el curso de la tarde de este miércoles, y otras zonas del país también han reportado fallas en el suministro.

Alrededor de las 7:10 hora p.m. hora local y después de una lenta recuperación del suministro en diferentes áreas de la ciudad, un nuevo apagón dejó en la más absoluta oscuridad varias zonas del territorio capitalino.

El gobierno de Nicolás Maduro dijo que las escuelas, oficinas estatales e industrias permanecerán cerradas y reiteró su llamado al pueblo para "resistir los embates de aquellos que quieren robarse los recuros y la soberanía de Venezuela".

Venezuela arrastra nuevos problemas de suministro eléctrico desde el lunes, con un primer corte pasado el mediodía en una línea de distribución, a la que siguió unas horas después un incendio en el patio de generadores de la hidroeléctrica del Guri, la principal central del país.

Desde entonces el servicio de energía ha sido reconectado al menos en una ocasión en la mayoría de los 23 estados de Venezuela, pero los fallos han sido recurrentes por lo que el fluido es inestable y existen regiones como Zulia (norte), donde miles de lugareños suman casi 48 horas consecutivas sin luz.

En la última declaración ofrecida hoy por el Gobierno, el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, indicó que una falla interrumpió el proceso de recuperación del servicio en todo el país.

Maduro ha acusado a Estados Unidos y a la oposición de sabotear el viejo y deteriorado sistema eléctrico. Los funcionarios estadounidenses y el líder opositor Juan Guaidó dicen que la acusación es un intento por desviar la atención de la mala gestión del gobierno.

Guaidó rechazó las acusaciones y afirmó que Maduro niega su responsabilidad y pretende dividir a los que lo adversan. “Venezuela amanece oscura, de nuevo, producto de un régimen ineficiente, corrupto, ladrón y como venezolanos todos sentimos la angustia, como venezolanos todos sentimos esa especie de frustración”, enfatizó.

El líder opositor pidió a los venezolanos mantenerse movilizados a pesar de los apagones y convocó a los venezolanos a concentrarse el sábado en las calles para protestar por las fallas eléctricas.

“No podemos quedarnos como actores pasivos cada vez que se vaya la luz; mínimo sacar una cacerola. Vamos a reunirnos en las calles de Venezuela mientras no haya luz”, agregó Guaidó en una alocución dada en la sede del partido opositor Acción Democrática en el oeste de Caracas.

Pocas tiendas en Caracas abrieron y muchas calles estaban despejadas. La luz regresó en algunas áreas en la noche del martes sólo para volver a apagarse el miércoles, frustrando a los residentes que se preguntan cuánto tiempo tendrán que soportar la segunda ronda de cortes desde el 7 de marzo, cuando un gran apagón nacional se extendió por cuatro días.

“Cuánta indolencia y crueldad, este pueblo no se lo merece. Maduro debería irse y ya”, dijo Alfredo Palacios, un comerciante de 36 años que portaba junto a su suegro cuatro recipientes herméticos que acaban de llenar en uno de los muchos riachuelos que bajan por las laderas de las montañas del Parque Nacional Waraira Repano que separa a Caracas del Mar Caribe.

“No hay agua, no hay luz y ellos no arreglan nada, dicen puras mentiras”, indicó Palacios. Junto a su esposa y sus dos niños pequeños “me tuve que ir a la casa de mis suegros porque en mi casa ni siquiera podemos hervir esta agua porque la cocina de nosotros es eléctrica”.

La mayoría de las personas que deambulaban por el centro de Caracas se quejaban de que no había agua potable en las pocas tiendas minoristas y supermercados que abrieron en vecindarios dispersos que tenían electricidad.

“Lo más difícil es conseguir agua para beber. Ayer dijeron que ya estaban funcionando las bombas de agua”, en los principales embalses y acueductos que surten a la capital venezolana, pero por las repetidas fallas eléctricas “me imagino que por eso seguimos sin agua”, comentó Nancy Villasinda, una secretaria de 26 años que durante cuatro horas recorrió los pocos comercios abiertos en la barriada de clase media de Montalbán, en el oeste de Caracas, en busca de agua. “El gobierno no informa”, se quejó.

Algunos comerciantes, en tanto, temen que los apagones los hagan perder toda su mercancía.

Anaís Marquina, dueña de una panadería, dijo que el comercio estaba paralizado porque muchas personas no pueden movilizarse debido a que están fuera de servicio los trenes subterráneos, lo que agrava la ya endémica ausencia de autobuses, muchos de ellos paralizados por la falta de repuestos elementales como baterías y neumáticos que escasean por la severa crisis económica que azota al país.

La corporación estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) en un comunicado garantizó la distribución y expendio de combustible en todo el país, pese a los apagones.

A lo largo de la capital venezolana se podían ver en la mañana del miércoles numerosas estaciones de gasolina fuera de servicio. Apenas un puñado de las gasolineras --que tenían generadores de electricidad o estaban localizadas en sectores donde regresó la energía-- operaban-

PDVSA también anunció que activó un plan especial de suministro para “garantizar” el funcionamiento de los generadores eléctricocs en el sistema de salud del país.

Después del gran apagón del 7 de marzo la situación se ha vuelto cada vez más desesperante para muchos venezolanos. Incluso se han registrado saqueos de negocios en la ciudad de Maracaibo.

Los apagones disminuyeron casi una semana después, pero muchas áreas solo han tenido energía de manera intermitente incluso después de que el gobierno dijo que el problema estaba resuelto.

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