Nueve días después del devastador paso del huracán Dorian en Bahamas, como el hedor impregnado en el aire de Marsh Harbour, las preguntas incómodas y cuestionamientos pululan.
En el cuartel general de la Agencia Contra Desastres, en Nassau, las visitas de bahameños descontentos o preocupados son cada vez más frecuentes.
Teresa Camp, una sobreviviente de la poderosa tormenta, dice que “vio cuerpos, entre 200 y 300, unos sobre otros... Algunos en espacios refrigerados como si fuera una película, pero realmente triste y desagradable”.
Y esa es una preocupación generalizada en la población de la otrora población de 6 mil habitantes, parcialmente destruida. Allí fueron registradas imágenes en las últimas 24 horas: especialistas recuperando cuerpos entre los escombros.
En conferencia de prensa, Carl Smith argumentó que el gobierno sí ha estado en la zona de catástrofe, que la respuesta ha sido integrada entre varias instituciones.
"Estamos lidiando con una catástrofe y toma tiempo para moverse en el caos. Respondemos a las necesidades. Hay mucha comida y suministros en el terreno” dijo Smith. pero no respondió cómo el gobierno está administrando los millones donados para las víctimas del desastre",dijo Smith.
