La espía que amó a Fidel Castro. Primera Parte

Marita Lorenz no solo fue amante del dictador cubano sino también espía de la CIA.

A comienzos de 1959 una muchacha de apenas 19 años conoce y se enamora de una de las figuras más prominentes de la Revolución Cubana.

La joven alemano-americana Marita Lorenz llegó a La Habana a bordo del barco que capitaneaba su padre, y con poco conocimiento de lo que representaba aquel proceso revolucionario entabló una relación con Castro.

Aunque poco tiempo después regresó a EEUU, donde se había asentado su familia luego de la Segunda Guerra Mundial, no demoró mucho en ser llamada por Castro para que lo acompañara en el Habana Hilton donde se encontraba su Cuartel General.  

En sus 8 meses de estancia en Cuba, Marita trató con Fidelito -el primer hijo de Fidel Castro-. También recuerda la "distante relación" entre los hermanos Fidel y Raúl, donde prevalecía el respeto mutuo.

"Todo giraba en torno a él, era narcisista. Fui muy sumisa, fui una estúpida" asegura Marita, quien luego de quedar embarazada, asegura que fue forzada a interrumpir su embarazo en los últimos meses. 

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