Tras 10 días de protestas en las calles y decenas de muertos y heridos continúan las manifestaciones en todo el país, después de que la violencia y represión por parte del gobierno culminara con una multitudinaria marcha pacífica el pasado lunes.
Además de los estudiantes que fueron masacrados, golpeados y asesinados en los últimos días de violentas protesta en Nicaragua, ahora surgen denuncias de torturas y abusos contra los reos que en lugar de agredir ayudaron a los jóvenes que fueron trasladados a la cárcel.
Familiares denuncian que no le entregan la comida y las medicinas que les han llevado hasta el lugar, por lo que presumen que están siendo víctimas de abusos dentro de la prision.
El obispo auxiliar de la arquidiócesis de Managua, Silvio Jose Báez, confesó: “Lloré mucho cuando murió el primer joven”, sentimiento que se extiende al resto de los nicaraguenses que han perdido familias o amigos en las decenas de personas muertas durante ls enfrentamientos.
Báez sera uno de los obispos mediadores que participará en el diálogo que ha solicitado el gobierno de Ortega, con la empresa privada y otros sectores.
Las protestas espontáneas empezaron como rechazo a las reformas del seguro social que luego fueron revocadas por el propio presidente Daniel Ortega, para poner fin al caos desatado en el país.
El presidente Ortega ha hecho un llamado a la paz y al diálogo, teniendo a la iglesia católica como mediadora, obligado por el despertar del pueblo nicaragüense gracias a la valentía de los jóvenes universitarios que salieron a las calles armados solo con sus ideales.
Y mientras el país llora a sus muertos, los nicaragüenses se enfrentan a la mayor incertidumbre que han vivido en los últimos años de su historia, pues aún esperan por la fecha de este supuesto encuentro que continúa en el limbo.
