Diez años después de que un ex agente del FBI del sur de la Florida que trabajaba en una misión no autorizada de la CIA desapareciera en Irán, su familia espera que el presidente estadounidense Donald Trump haga algo que los dos últimos presidentes de Estados Unidos no han logrado: tráerlo a casa.
La familia de Robert Levinson dijo a The Associated Press esta semana que los antecedentes de Trump como empresario de negocios y su línea más dura con Irán podría ser un activo para finalmente determinar qué pasó con el investigador, cuyo 69 cumpleaños es el viernes.
Ellos describieron el dolor de ver a otros prisioneros estadounidenses en Irán liberados mientras el misterio que rodea su desaparición permanece. También reconocieron el reto de mantener su caso a la vista del público, ya que se ha mantenido en cautiverio más tiempo que cualquier estadounidense en la historia, si sigue vivo.
El residente de Coral Springs desapareció de la Isla Kish en Irán el 9 de marzo de 2007. Durante años, los funcionarios estadounidenses sólo dijeron que Levinson, un meticuloso investigador del FBI acusado de robar a los mafiosos rusos e italianos, trabajaba para una firma privada en su viaje.
En diciembre de 2013, AP reveló que Levinson de hecho había estado en una misión para analistas de la CIA que no tenían autoridad para ejecutar operaciones de espionaje.
La familia de Levinson había recibido una anualidad de 2,5 millones de dólares de la CIA para detener una demanda revelando detalles de su trabajo, mientras que la agencia obligó al retiro a tres analistas veteranos y disciplinó a otros siete.
