Corte Suprema bloquea alivio migratorio de Obama

Más de cuatro millones de indocumentados esperaban en vilo la decisión

La Corte Suprema de Justicia mantuvo la suspensión de las medidas ejecutivas del presidente Barack Obama en materia de inmigración, cuya entrada plena en vigencia mantenía esperanzados a más de cuatro millones de inmigrantes indocumentados.

La corte quedó dividida con cuatro jueces a favor y cuatro en contra. El fallo es considerado una derrota para los indocumentados, pues impide al actual gobierno implementar estas medidas.

El también llamado "alivio migratorio" se compone por una serie de disposiciones que ponen un alto temporal a las deportaciones de personas sin documentos, a través de las extensiones de los programas DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, por sus siglas en inglés) y DAPA (Acción Diferida para Responsabilidad de los Padres, por sus siglas en inglés).

En abril, la Corte había recibido a representantes del gobierno federal y de los 26 estados que rebatieron las medidas desde el inicio, argumentando que el presidente no tenía facultades constitucionales para dictar tales disposiciones y que éstas debían venir del poder legislativo.

Otra de las razones esgrimidas por los demandantes era el presunto costo económico de la protección temporal, ya que implicaría un desembolso económico por la emisión de documentos que, en su opinión, no podían sufragar los estados.

Anunciadas en 2014, las medidas ejecutivas fueron bloqueadas por tribunales inferiores después de que Texas y otros 25 estados entablaran una demanda, argumentando que el presidente no tenía poder para ordenar esos cambios.

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La muerte del juez Antonin Scalia dejó a la Corte Suprema dividida en este asunto. Con el fallo de este jueves, prevalecen los fallos de los tribunales inferiores contra el plan de Obama.

Según la propuesta del mandatario, los adultos que entraron ilegalmente al país podría permanecer si cumplían con ciertos requisitos de residencia y tuvieran hijos que fueran ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes legales. También extendería otro programa, ahora en efecto, que permite a los jóvenes quedarse en el país si fueron traídos antes que cumplieran 16 años.

Con 11 millones de inmigrantes indocumentados viviendo en EEUU, el gobierno sostenía que es imposible deportar a todos los que llegaron ilegamente. La política se basaba en establecer prioridades: concentrarse en criminales y terroristas y aplazar la expulsión de otros que se han establecido en el país.

No ofrecería estatus legal permanente, pero aplazaría tres años cualquier esfuerzo por buscar la deportación de quienes calificaran.

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Tras el fallo, el presidente Obama enfatizó que quienes han estado largo tiempo en el país y cumplen con sus leyes no son prioritarios para el proceso de deportación.

"Somos un país que trata de dar una oportunidad a todos, somos una nación de inmigrantes, una de las razones por las cuales EEUU es una nación tan diversa", agregó en un mensaje a la nación desde la Casa Blanca. "Nuestros fundadores concibieron este país como un refugio para el mundo durante más de dos siglos, dando la bienvenida a oleada tras oleada de imigrantes jóvenes, dinámicos, empresariales, que han forjado nuestro carácter y nos ha hecho un pueblo más inteligente".

"Pero durante dos décadas, todo el mundo reconoce que nuestro sistema de inmigración ha estado quebrantado. Y el hecho de que la Corte Suprema no haya podido tomar una decisión hoy no solo nos atrasa, sino que nos aleja más del país que aspiramos ser".

El mandatario defendió su política migratoria diciendo que desde que asumió su cargo, "hemos empleado más agentes fronterizos y tecnología en nuestra frontera sur como nunca antes, lo cual ha ayudado a reducir los cruces ilegales en la frontera a los niveles más bajos desde la década de 1970".

Señaló que eso tendría que haber preparado el terreno para una reforma migratoria y que casi 70 demócratas y republicanos en el Senado se unieron para aprobar un proyecto de sentido común que habría duplicado la patrulla fronteriza y habría dado a los inmigrantes una ruta a la ciudadanía estadounidense después de que pagaran una multa y sus impuestos y cumplieran con la ley.

"Desafortunadamente los republicanos en la Cámara de Representantes rehusaron votar sí o no a ese proyecto de ley", añadió. "Así que no me quedó más que dar pasos con mi autoridad existente para hacer que nuestro sistema de inmigración sea más justo, más inteligente y mejor".

Obama expresó que el fallo es "desgarrador" para millones de inmigrantes y prometió que "tarde o temprano, la reforma de inmigración se cumplirá".

Señaló que "el Congreso no va a poder ignorar siempre a EEUU y lo digo con confianza porque hemos visto en nuestra historia que ocurren estos trastornos migratorios que atemorizan a otros, pero nuestras tradiciones y nuestra historia y nuestros mejores impulsos terminan imponiéndose".

"Así llegamos todos acá, porque les garantizo que algún momento todos nosotros tuvimos alguien en nuestra familia que la gente no quería que viniera" añadió. "Y sin embargo aquí estamos ahora. Eso va a ocurrir".

Los estados demandantes argumentaron que el Congreso nunca ha dado a los presidentes un cheque en blanco por otorgar estatus legal a gente que está en el país ilegalmente. Agregaron que la política haría mucho más que simplemente abandonar los procedimientos de deportación, al convertir la presencia ilegal en un estatus legal y otorgar permiso para gestionar permisos de trabajo.

Otros 16 estados exhortaron a los jueces a implementar las acciones ejecutivas.

El fallo de este jueves no derriba la propuesta de Obama. Al llevar el caso a la Corte Suprema, el gobierno buscaba la autoridad para empezar a implementar la política mientras proseguía la demanda de los estados en los tribunales inferiores.

Ese proceso durará por lo menos otro año, y el próximo presidente decidirá si continúa defendiéndolo en corte. Hillary Clinton se ha comprometido a expandir el programa, pero Donald Trump ha dicho que lo abandonaría.

El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, emitió un comunicado en respuesta al fallo de la Corte Suprema: “Hoy, el artículo I de la Constitución fue reivindicado. El fallo de la Corte Suprema deja nula la acción ejecutiva del presidente sobre inmigración. La Constitución es clara: Al presidente no se le permite escribir leyes, solo al Congreso. Esta es otra importante victoria en nuestra lucha para restaurar la separación de poderes”.

Por su parte, el congresista demócrata por Nueva York, Luis Gutiérrez, conocido por su defensa de los derechos de los inmigrantes, manifestó su pesar por el veredicto. Pero subrayó que "falta un escaño en la Corte Suprema" y confió que "Hillary Clinton, la próxima presidenta de EEUU va a decidirlo".

Gutiérrez exhortó a la gente a inscribirse para votar: "no te quedes al margen del proceso político con tu tristeza, con tu angustia; convierte eso en energía positiva inscribiéndote a votar".

"Más latinos van a salir a votar, más personas van a incorporarse en el proceso político", aseguró a Telemundo el congresista. "Nosotros hoy no ganamos, pero yo no me siento derrotado, no siento una angustia que me debilita... estoy enfocado, acabamos de hacer una inscripción sin precedentes de nuevos votantes a través de hacerlos ciudadanos".

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