El joven que degolló a su mejor amigo de la escuela hace 12 años no pudo librarse de su sentencia a cadena perpetua.
Michael Hernández, acusado de asesinar a su mejor amigo en 2004 no pudo convencer al tribunal, que este lunes ratificó la condena.
Se cerró así otro doloroso capítulo para la familia de Jaime Gough, el muchacho asesinado. El juez consideró que al igual que en 2004 Hernández sigue siendo una amenaza para la sociedad y, por tanto, pasará el resto de su vida en prisión.
“Michael continúa obsesionado con los asesinos en serie y no muestra remordimiento por la familia de la víctima”, argumentó el juez al ratifica la condena.
La decisión la tomó el juez después de escuchar numerosas llamadas de Hernández durante su permanencia en la cárcel y –según dijo- comprobar que continuaba obsesionado con los asesinatos.
La familia de Gough aseguró sentirse más tranquila tras la sentencia.
El proceso judicial de Hernández fue reabierto para una nueva tuvo lugar pues el Tribunal Supremo decidió en 2012que los menores no podían recibir cadena perpetua sin la posibilidad de solicitar libertad condicional. La primera sentencia de Hernández fue en el 2008.
Hernández permanecerá en una prisión estatal y en 13 años su sentencia volverá a ser revisada por un juez, según estipula la nueva ley.
