Depredadores sexuales duermen en este campamento improvisado en la calle 71 y la avenida 36 del noroeste de Miami-Dade, según la cifra de la policía de Miami-Dade.
El jefe de la policía del condado fue uno de los que acudió a la reunión ante la preocupación de vecinos y comerciantes del área, quienes no soportan la pestilencia por los desechos humanos que dejan estos ofensores sexuales.
En realidad, los ex-convictos viven en condiciones infrahumanas y hoy en la oficina del alcalde Carlos Giménez acordaron identificar un posible lugar donde puedan vivir en mejores condiciones.
El reto que tienen ahora las autoridades es encontrar un lugar que esté a más de 2,500 pies de espacios donde reúnan niños, como por ejemplo parques y escuelas.
Al menos uno de los que vive en estas carpas decía estar dispuesto a cooperar si los ubican en otro lugar.
La solución podría conllevar condiciones para los ofensores sexuales.
El presidente de la junta del fideicomiso para desamparados aseguró que para que les encuentren oportunidades de vivienda a estas personas, ellos necesitan encontrar empleo.
