El fantasma que no da tregua a la FIFA

Denuncias por corrupción han afectado a exdirigentes mientras aparece Rusia.

El 1 de diciembre, mientras Diego Maradona y otras figuras participaban del sorteo de la Copa del Mundo en el Kremlin de Moscú, un funcionario de la federación de fútbol de Estados Unidos testificaba ante una corte en Nueva York que la organización llegó a contemplar la cancelación de la Copa América Centenario de 2016, debido a los escándalos de corrupción que la rodeaban.

Semejante contraste plasma el balance de un año difícil para la FIFA, que a pesar de las promesas de reformas de su presidente Gianni Infantino, no logra sacudirse la etiqueta de corrupta que heredó de su exmandamás Joseph Blatter y de muchos de sus secuaces, ahora acechados por las autoridades de varios países.

Como epílogo, la semana pasada se concretó en Estados Unidos la condena de dos exdirigentes de alto rango del fútbol sudamericano, hallados culpables por un jurado de recibir millones de dólares en sobornos a cambio de los derechos comerciales de torneos internacionales, entre ellos la Copa América.

Se trata apenas de la punta del iceberg en una investigación que involucra a más de 40 funcionaros y empresarios del fútbol.

“La dirigencia del fútbol no responde al tribunal de la opinión pública”, escribieron en una columna publicada en Europa tres ex miembros del comité de gobernanza de la FIFA, Navi Pillay, Miguel Poiares Maduro y Joseph Weiler. “Responde a sus propios electores, que han reemplazado a los líderes que realmente han intentado reformar al fútbol”.

Infantino y el resto de la plana mayor de la FIFA quisieran pasar la página de los escándalos de corrupción, que empiezan a pegar donde más le duele al organismo: en el bolsillo.

A seis meses del Mundial, la FIFA todavía no completa la parrilla de patrocinadores para el torneo, y casi todos los que se han incorporado desde que empezaron los arrestos de dirigentes a mediados de 2015 han sido de Rusia y China.

“Es complicado (conseguir patrocinadores), especialmente en un mercado en el que (los posibles socios comerciales) perciben que hay crisis”, reconoció el director comercial de la FIFA, Philippe Le Floc’h, durante una entrevista con la AP en la antesala del sorteo del Mundial en Moscú. “Obviamente será mejor cuando llenemos más huecos”.

Si bien no han surgido acusaciones concretas sobre corrupción en el proceso que otorgó el Mundial a Rusia en 2010, en esa misma votación del comité ejecutivo se asignó el campeonato de 2022 a Catar, una decisión que ha sido vinculada con la compra de votos.

En el mismo juicio de Juan Angel Napout, José María Marin y Manuel Burga en Nueva York, un empresario argentino que se declaró culpable de pagar sobornos y que colabora como testigo de la fiscalía estadounidense testificó que entregó dinero a un funcionario, que lo iba a utilizar para conseguir votos para la candidatura de Catar.

El paraguayo Napout y el brasileño Marin fueron declarados culpables el viernes. El martes, el peruano Manuel Burga fue absuelto.

Aparte de estos escándalos, la Copa del Mundo tiene otros problemas.

En el ámbito deportivo, en Rusia no estarán selecciones de la talla de de Italia, Holanda, Estados Unidos y Chile, cuatro ausencias importantes que también golpearon las proyecciones económicas de la FIFA.

Sí acudirán Lionel Messi y Argentina, que sufrieron lo indecible hasta conseguir la clasificación en la última fecha de las eliminatorias sudamericanas. El astro del Barcelona disputará el que probablemente sea su último Mundial, con la tarea de borrar el único asterisco que arrastra en su inigualable carrera por no haber logrado ningún título con la selección albiceleste.

Brasil llegará a Rusia como uno de los favoritos a la corona tras arrasar en las eliminatorias de su región, en las que también se clasificaron Uruguay y Colombia.

Perú sentenció su regreso a un Mundial luego de 36 años de ausencia, mediante un repechaje ante Nueva Zelanda. El campeón mundial Alemania, Francia y España redondean el pelotón de los principales candidatos a la corona.

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