RÍO DE JANEIRO, Brasil.- Uno de los valores que los Juegos Olímpicos más se esfuerzan en transmitir es el espíritu de familia. Un evento completamente puro, sin publicidad, sin premios en metálico para los atletas, donde la mayor retribución es la medalla por la que se compite y la gloria que dura para toda la vida.
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Pero también es un evento donde la familia participa, literalmente, en la arena de las competencias. Es el caso del estadounidense Ashton Eaton, quien retuvo en Río 2016 su corona en el decatlón, mientras que su esposa, la canadiense Brianne Theisen-Eaton, alcanzó la medalla de bronce en la prueba homóloga para las chicas, el heptalón.
Ambos se conocieron cuando estudiaban en la Universidad de Oregon y se casaron en el 2013.
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Ashton y Brianne pasan prácticamente todo el día juntos, por lo que cuando llegan a la casa buscan un poco de espacio individual. Incluso, ella acepta que ambos han colocado las metas deportivas por delante de todo, hasta del matrimonio.
"Normalmente no salimos y no pasamos mucho tiempo juntos porque pasamos demasiado tiempo juntos", agrega Brianne para describir cuánto están "saturados" el uno del otro.
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"Tampoco hablamos demasiado. Cuando vamos a comer somos una de esas parejas que se sientan en la mesa, no se miran el uno al otro y se pasan todo el tiempo con el teléfono en la mano", añade.
Aun así ambos consideran que están hechos el uno para el otro y que el tener el mismo trabajo los hace comprenderse mutuamente. Los éxitos, los fracasos y el sufrimiento de los entrenamientos son elementos comunes y por eso ambos se apoyan inmensamente.
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"Nuestra relación nos ayuda porque comprendemos por lo que el otro está pasando, física y mentalmente", opina Ashton, recordista del mundo del decatlón.
"Hacemos los mismos ejercicios, tenemos el mismo entrenador, sabemos exactamente qué decirnos para ayudarnos", dice.
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Pero Ashton y Brianne no conforman la única pareja medallista en Río 2016. Los boxeadores franceses Estelle Mossely y Tony Yoka se abrazaron emocionalmente cuando él consiguió el domingo la corona olímpica que ella había conquistado dos días antes.
La tunecina Inés Boubakri alcanzó la presea de bronce en el florete individual, mientras que su esposo, el francés Erwann Le Pechoux, se agenció la de plata en la competencia por equipos en la misma arma.
"Él siempre me ha apoyado muchísimo, pero estoy un poco celosa porque su medalla es de plata y la mía es de bronce", bromeó Boubakri.
También hay parejas del mismo sexo, como las jugadoras de hockey británicas Kate y Helen Richardson-Walsh, ambas, el primer matrimonio gay en competir en unos Juegos Olímpicos.
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Jason Kenny (tres medallas de oro) y Laura Trott (dos) se casarán dentro de poco y fueron los líderes de la comitiva británica que arrasó con el ciclismo de pista.
Río 2016 está a punto de convertirse en historia, pero dentro de su legado están todas estas parejas que no solo están entrelazadas por una relación sentimental, sino también por una inseparable unión que tiene al deporte como protagonista.
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