RÍO DE JANEIRO, Brasil.- Celebrar por adelantado le ha hecho pasar grandes penas a varios atletas en los Juegos Olímpicos. Río 2016 no ha sido la excepción y al que le tocó ahora sufrir semejante decepción fue al saltador estadounidense Jarrion Lawson.
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Resulta que en la discusión de las medallas del salto de longitud, Lowson necesitaba en su último intento dar un salto que sobrepasara los 8.38m de su compañero Jeff Henderson.
Lowson estiró sus piernas a todo y creyó que se había convertido en campeón olímpico.
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Esperó impacientemente la medición y cuando vio que los jueces le habían marcado un pírrico 7.78m se dirigió a ellos en franca señal de protesta.
Lowson no entendía cómo esa podía haber sido la distancia de su brinco si sus pies habían caído mucho más allá de los ocho metros. Pidió explicaciones. Y se las dieron.
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De lo que Lowson no se percató es que su mano izquierda rozó la arena mucho más atrás que sus pies. Los jueces no podían obviar este detalle y realizaron la medición a partir de ese punto.
Henderson subió a lo más alto del podio tras superar apenas por un centímetro al sudafricano Luvo Manyonga, mientras Lowson se quedó en el cuarto lugar. Así que se fue sin medalla y con una celebración que recordará amargamente por el resto de sus días.
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