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López, de recoge balones a estrella de la Sub-17

López, de recoge balones a estrella de la Sub-17

No es descabellado afirmar, aunque suene extraño, que Pablo López hizo su primer aporte a la selección sub-17 de México bastante antes de integrar el plantel que se prepara para debutar el domingo 18 de octubre en la Copa Mundial Sub-17 de la FIFA Chile 2015. ¿Cómo es eso?

"Fue durante el Mundial de 2011 que México ganó en casa", explica risueñamente a FIFA.com. "Al ser parte de las fuerzas básicas del Pachuca, me tocó ser alcanza balones en los dos partidos que el equipo jugó en la ciudad (el 2-0 contra Panamá en octavos de final y el 2-1 ante Francia en cuartos). Tenía 13 años, sabía quería ser futbolista y llegar a la selección, pero en ese momento no me imaginé que un día yo iba a jugar el mismo Mundial", agrega con genuina incredulidad.

Esa experiencia le resultó fuerte y enriquecedora, sobre todo para un niño cuyo único recuerdo del título mundial sub-17 de 2005 era la final ante Brasil. "Sentir las tribunas antes de saltar al campo, ver a los jugadores en ese momento, el ambiente antes de un juego importante... Son cosas que te marcan y quiero vivirlas", confiesa el volante de contención.

De hecho, rememora una conversación que, tras el Mundial, mantuvo con Julio López, el héroe de la semifinal ante Alemania, quien en ese entonces jugaba en el Pachuca. "Me dijo que la experiencia de que todo un país esté pendiente de una selección es maravillosa, y que ser campeón del mundo era increíble. Me recalcó que no todos tiene la suerte de vivir algo así".

Ahora, desde adentro

López, nacido en Querétaro pero integrante de las divisiones menores de los Tuzos desde que un observador le echó el ojo a los 10 años, ahora aporta lo suyo desde adentro. Es más, su capacidad para cortar el balón y buen criterio para distribuirlo le valieron el premio al Mejor Jugador del Campeonato Sub-17 de la CONCACAF. Allí México se consagró campeón tras vencer en la final a la anfitriona Honduras.

"Admito que me sorprendió cuando dijeron mi nombre, pero luego me di cuenta que es más un reconocimiento grupal que individual", analiza López modestamente.

Admirador en su puesto de su compatriota Héctor Herrera y del español Andrés Iniesta, no cree que sus rivales en Chile vayan a prestar más atención sobre su persona por haber obtenido ese premio. "Nunca lo pensé desde ese lugar, pero si lo hacen, seguro habrá algún compañero libre para aprovecharlo", deduce con una lógica impropia para alguien de su edad.

López reconoce, en cambio, que los títulos mundiales obtenidos de la categoría en 2005 y 2011 le dan a México otro estatus de cara al certamen de Chile. "Es entendible que algunos nos vean como favoritos, nos miren de otra manera y hasta quizás nos estudien más. Es una señal de respeto, algo importante para el fútbol mexicano. Pero hemos trabajado para enfrentar esa situación", advierte.

El Tri quedó encuadrada en el Grupo C junto a Argentina, Australia y Alemania, en una de las zona más difíciles de pronosticar. Lejos de quejarse del destino, López lo toma con los brazos abiertos. "Sabemos que es duro, pero no nos quita el sueño. Es más, yo prefiero jugar de movida con los mejores, con los grandes, porque si avanzas igual deberás enfrentarlos. Así entras en ritmo más rápido".

López muestra una desfachatez propia del reggaetón, uno de sus ritmos musicales preferidos junto al rock and roll y al pop. De ahí que la palabra "campeón" no parezca conmoverlo. "No, no me asusta", responde ante la consulta.

"Insisto con que la preparación ha sido buena, mentalmente estamos bien y futbolísticamente nos sentimos a gusto. Íntimamente tengo fe que podemos ser finalistas".

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