Cuando los Juegos Olímpicos Río 2016 sean inaugurados de manera oficial el viernes, la mexicana Pina Flores impondrá un nuevo récord que no aparece en ningún medallero: habrá servido como voluntaria en 11 ediciones de las competencias veraniegas.
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"Prometí ser voluntaria en todos los juegos. Esto de ser voluntaria no lo pagas con nada", contó en entrevista al diario mexicano "Más por Más".
"Es tener la voluntad de ayudar sin recibir nada a cambio, de hacerlo por amor, y por ese amor he conocido artistas, famosos, medallistas, y [he podido] entrar a todos lados porque con la acreditación te encuentras en el corazón de las olimpiadas".
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De 65 años, la profesora jubilada que aún imparte clases de natación, medicina del deporte y nutrición es una consumada políglota: además de español, domina el inglés, francés, chino, griego, italiano, portugués y alemán.
Su pasión por el servicio en grandes competencias deportivas nació en México 1968, cuando tenía 17 años y el comité organizador la aceptó para que apoyara durante la competencia.
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Para Múnich 1972, Flores era una estudiante becada en Alemania y esto le facilitó revivir la experiencia de cuatro años antes.
"Desde entonces, me gustó tanto que apliqué en Montreal 76, Los Ángeles 84, Barcelona 92, Atlanta 96, Sídney 2000, Atenas 2004, Beijing 2008, Londres 2012… y ahora sigue Río 2016", dijo al diario mexicano.
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Pero los Juegos Olímpicos no son las únicas competencias deportivas globales en los que ha participado; también ha sido voluntaria en cinco juegos panamericanos y ocho mundiales de fútbol.
Para lograr ese recorrido de servicio deportivo que ya dura 48 años, Flores debió hacer elecciones. La principal fue definir su estilo de vida, lo que le implicó asumir que sería una mujer soltera y sin hijos, dedicada a estudiar, enseñar y disfrutar su pasión por los viajes.
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